La independencia editorial de los medios en Albania está amenazada por una regulación partidista; los periodistas son, además, víctimas del crimen organizado y, en ocasiones, de la violencia policial, posible por la incapacidad del Estado para protegerlos.
Panorama mediático
Los medios albaneses más influyentes están en manos de un puñado de empresas relacionadas con el entorno político, que operan en sectores estrictamente regulados, como la construcción. Aunque existen cientos de medios digitales en el país, solo una minoría tiene un modelo empresarial sólido y una financiación transparente. Los principales medios son RTSH, Top Channel, Klan y RTV Ora.
Contexto político
Los periodistas están sometidos a presiones políticas, que en 2021 se vieron acentuadas por el afán de controlar la información durante las elecciones y la pandemia. Los políticos suponen una amenaza para la independencia de las redacciones, que coartan a través de organismos de regulación fuertemente politizados y del nombramiento de los directivos de medios públicos. Los periodistas críticos se enfrentan regularmente a ataques para desacreditarlos y les resulta difícil acceder a la información pública, una traba que puede verse reforzada por la reciente centralización de la comunicación gubernamental.
Marco legal
Aunque la Constitución albanesa y sus compromisos jurídicos internacionales garanticen la libertad de prensa, la protección de la confidencialidad de las fuentes sigue siendo insuficiente. Por otro lado, el paquete de medidas contra la difamación que pende sobre la profesión otorgaría al Estado un poder desproporcionado sobre los contenidos de los medios digitales y aumentaría la autocensura. Estas medidas todavía no han sido retiradas de la agenda gubernamental, a pesar de que su versión inicial fue criticada por el Consejo de Europa, la Unión Europea - a la que Albania desea adherirse - y las organizaciones internacionales de libertad de prensa.
Contexto económico
Gran parte del mercado de los medios albaneses está en manos de cuatro o cinco empresas. La financiación pública representa una parte importante de los ingresos de los medios, pero su distribución opaca y discriminatoria levanta las sospechas de tráfico de influencias.
Contexto sociocultural
Los profesionales de los medios que investigan sobre el crimen organizado y la corrupción son objeto de amenazas. Las periodistas, mayoritarias dentro de la profesión, se enfrentan al acoso en Internet y a la discriminación de género en las redacciones, cuyos avances en este sentido son, sin embargo, bienvenidos. La autocensura es habitual, pero a pesar de esta amenaza, varios medios han creado una plataforma para la autorregulación ética, una primicia en Albania.
Seguridad
El crimen organizado no es la única amenaza para la integridad física de los periodistas. La impunidad de los ataques que se cometen contra ellos, junto a los intentos políticos de descrédito, crean un clima de violencia que alienta nuevas agresiones contra los profesionales de los medios. En 2021, varios reporteros que cubrían manifestaciones y operaciones de las fuerzas de seguridad fueron objeto de diversos actos de violencia policial.