Los abusos más graves contra los periodistas en Botswana se han reducido en los últimos años. No obstante, numerosos obstáculos impiden todavía el ejercicio del periodismo en el país.
Panorama mediático
Los medios estatales están todavía muy lejos de ofrecer una información de servicio público y se hallan controlados por el poder. Recientemente se rechazó un proyecto que tenía por objeto transformar la radiotelevisión del Estado en un medio de interés público. Existe un diario público y doce periódicos privados, de los que cuatro pertenecen al único grupo mediático: Mmegi Investment Holdings. De las cinco emisoras de radio activas, tres son privadas. El país cuenta también con varias cadenas de televisión privadas, la mayoría de ellas en Internet.
Contexto político
Los medios públicos están controlados por el poder y es el gabinete de la presidencia quien determina la política editorial de la radiotelevisión. Los medios audiovisuales privados están vigilados por la Autoridad de regulación de las comunicaciones de Botswana (Bocra), que depende directamente del gobierno. Las autoridades hacen también uso de la publicidad institucional, gestionada por la presidencia, para ejercer presión sobre los medios privados.
Marco legal
El marco legal sigue siendo extremadamente represivo en Botswana. El presidente no ha cumplido todavía su promesa de revisar algunas leyes liberticidas, como la Media Practitioners Act de 2008, y la ley sobre el acceso a la información todavía no ha visto la luz. La crisis sanitaria ha acarreado un endurecimiento del arsenal legislativo. Cualquier publicación relativa al Covid-19 que provenga de otra fuente distinta al director de los Servicios de Sanidad del país o de la OMS puede conllevar penas de hasta cinco años de prisión para su autor.
Contexto económico
El desarrollo de medios se ve limitado por la escasa oferta de un mercado publicitario pequeño, dominado a su vez por la importancia de la asignación pública. El reparto de publicidad no es equitativo y depende del grado de alineamiento de los medios con la línea gubernamental. La pérdida de ingresos publicitarios, ligada a la crisis del Covid-19, ha aumentado la autocensura de los medios con el fin de mantener a sus anunciantes.
Contexto sociocultural
El acceso de las mujeres a puestos de responsabilidad en los medios es muy débil. Sólo uno de los trece diarios del país está dirigido por una mujer.
Seguridad
Tras el alarmante deterioro de la libertad de prensa con el anterior presidente Khama, la situación ha mejorado claramente desde 2018, con la llegada al poder del presidente Mokgweetsi Masisi. Pese a todo, los servicios de inteligencia utilizan software de espionaje telefónico contra los periodistas y frecuentemente son víctimas de descrédito en las redes sociales.