África
Eritrea
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Clasificación 2023
174/ 180
Puntuación: 27,86
Indicador político
171
33.13
Indicador económico
172
26.96
Indicador legislativo
171
23.43
Indicador social
173
26.16
Indicador de seguridad
166
29.61
Clasificación 2022
179/ 180
Puntuación: 19,62
Indicador político
180
22.22
Indicador económico
174
19.73
Indicador legislativo
174
25.15
Indicador social
179
19.67
Indicador de seguridad
178
11.36

La prensa, al igual que toda la sociedad eritrea, está sometida a la arbitrariedad absoluta del presidente Issaias Afeworki, responsable de crímenes contra la humanidad, según un informe de la ONU de 2016. No existe ningún medio independiente y los periodistas están encarcelados o en el exilio.

Panorama mediático

Cualquier medio independiente está prohibido desde la instauración de la dictadura, en 2001. Ningún medio extranjero o nacional está autorizado a ejercer el periodismo. Los únicos “medios” que existen son los que están controlados directamente por el Ministerio de la Información: una agencia de noticias, algunas publicaciones y la cadena de televisión Eri TV. Todos ellos están sometidos a un control estricto y deben transmitir la propaganda del régimen. El acceso a la información a través de Internet está muy limitado. La única luz de esperanza para quienes quieren informarse de la situación en Eritrea es Radio Erena, que celebró su décimo cumpleaños en 2019. Esta emisora de radio independiente y apolítica está moderada desde París por periodistas en el exilio. Sin embargo, su emisión se interfiere regularmente. 

Contexto político

El control de la información por parte del régimen es absoluto, al igual que la paranoia del dictador Afeworki, que enclaustra la información y deja que circule lo menos posible, incluso entre miembros del gobierno.

Marco legal

La libertad de prensa está garantizada por la Constitución, pero nunca se ha aplicado. De hecho, el periodismo está prohibido en el país.

Contexto económico

Eritrea es un país exangüe y uno de los más pobres del mundo. No existe ningún mercado publicitario para los medios, cuya creación o implantación está prohibida.

Contexto sociocultural

La sociedad eritrea vive en el miedo desde hace veinte años. Los disidentes son detenidos o se ven forzados al exilio y la libertad de expresión es inexistente. Los pocos periodistas extranjeros que han podido ir al país en los últimos años estuvieron casi siempre acompañados y las personas a las que entrevistaron fueron vigiladas.    

Seguridad

Numerosos periodistas languidecen en las cárceles del régimen, sin acceso a su familia o un abogado.No lo liberaremos y no habrá juicio”, declaró el presidente eritreo en 2009, en una entrevista a propósito del periodista sueco-eritreo Dawit Isaak, encarcelado en aislamiento y en condiciones abominables, desde hace 20 años. La vigilancia del régimen es permanente. En los cibercafés, los periodistas están obligados a identificarse antes de ser autorizados para conectarse a internet.