África
Burkina Faso
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Clasificación 2023
58/ 180
Puntuación: 67,64
Indicador político
57
62.81
Indicador económico
41
58.33
Indicador legislativo
69
67.45
Indicador social
38
81.25
Indicador de seguridad
83
75.55
Clasificación 2022
41/ 180
Puntuación: 73,12
Indicador político
23
78.99
Indicador económico
26
67.69
Indicador legislativo
52
75.58
Indicador social
22
87.83
Indicador de seguridad
113
55.52

A pesar de que Burkina Faso estaba considerado hasta hace poco como un caso de éxito del continente africano para la libertad de prensa, el aumento de la inseguridad y la inestabilidad política derivada de los dos golpes de Estado de enero y septiembre de 2022, han deteriorado considerablemente la seguridad y el acceso a la información de los periodistas.

Panorama mediático

Burkina Faso tiene un panorama mediático dinámico, profesional y plural. El país cuenta con 80 periódicos (Sidwaya, L'Evénement, Le Pays), 185 emisoras de radio (Omega FM), cerca de treinta canales de televisión (Radiodiffusion Télévision du Burkina, BF1) y 161 webs de información (faso.net, Faso 7, Burkina 24). La cultura del periodismo de investigación está bastante extendida: a principios de año se creó el primer digital dedicado a la investigación. Sin embargo, el deterioro en materia de seguridad y política se traduce en un aumento de la autocensura y las presiones. Las cadenas de televisión RFI y France 24 han sido suspendidas hasta nueva orden en diciembre de 2022 y marzo de 2023, respectivamente.

Contexto político

Aunque el libre ejercicio de la profesión de periodista sea una realidad en Burkina Faso, las autoridades tienen tendencia a priorizar la lucha contra la inseguridad, en detrimento de la libertad de información. En mayo de 2021, un periodista francés y un realizador belga debidamente acreditados fueron expulsados del país tras realizar un reportaje, aludiendo infundadamente a una “amenaza contra la seguridad del Estado”. También ha aumentado la intimidación hacia los periodistas. Durante los golpes de Estado de 2022, militares alzados controlaron el acceso a las instalaciones de las televisiones nacionales y obligaron a los periodistas a leer sus comunicados. La junta en el poder no duda en remodelar el paisaje mediático suspendiendo medios y expulsando a periodistas, como ocurrió con los corresponsales de Le Monde y Libération en abril de 2023.

Marco legal

La libertad de prensa y el derecho a la información están consagrados en la Constitución desde 1991, y el delito de difamación ya no conlleva penas de prisión. Sin embargo, sigue siendo objeto de fuertes multas, que pueden acarrear el cierre del medio afectado. El deterioro en materia de seguridad llevó, en 2019,  a una modificación del código penal que criminaliza la difusión de informaciones sobre operaciones militares para “no afectar a la moral de las tropas” y prevé penas de hasta 10 años de prisión y fuertes multas, fomentando así la autocensura. En general, el acceso a la información sobre asuntos de seguridad y militares es cada vez más difícil, y las llamadas zonas de peligro se están convirtiendo en zonas con un vacío total de información.

Contexto económico

Los medios de Burkina Faso se mueven en un contexto precario, falto de lectores y de publicidad. Estas dificultades se han acrecentado por la crisis sanitaria del Covid-19, que ha provocado una drástica reducción de su tirada y de los ingresos publicitarios.

Contexto sociocultural

La religión sigue siendo el tema más sensible en el país. Varios grupos religiosos muy activos vigilan y ejercen presión en el debate público, lo que constituye una amenaza para la libertad de expresión y puede llevar a la autocensura.

Seguridad

La seguridad de los periodistas se ha degradado considerablemente en los últimos años. En abril de 2021, y por primera vez desde hace más de veinte años, dos periodistas, los españoles David Beriain y Roberto Fraile, fueron asesinados mientras realizaban un reportaje en el este del país. En marzo de 2022, una emisora de radio ubicada en el norte fue blanco de un atentado terrorista. Las zonas clasificadas como peligrosas son de muy difícil acceso. También ha aumentado la violencia contra los periodistas, tanto por grupos armados como por parte de las autoridades. En febrero de 2023, el líder de un colectivo partidario de la junta militar fue condenado a dos años de cárcel, con suspensión de pena, por amenazar de muerte a dos periodistas. Por último, es habitual que los trabajadores de los medios sufran violentas amenazas y agresiones durante las manifestaciones.