Europa-Asia central
Eslovaquia
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Clasificación 2022
27/ 180
Puntuación: 78,37
Indicador político
41
71.44
Indicador económico
22
67.98
Indicador legislativo
26
82.02
Indicador social
26
86.38
Indicador de seguridad
34
84.01
Clasificación 2021
35/ 180
Puntuación: 76,98
N/D
Estos indicadores no están disponibles antes de 2022 debido a un cambio metodológico.

Las autoridades intentan mejorar la libertad de prensa y hacer justicia tras el asesinato, en 2018, del periodista de investigación Jan Kuciak, pero los avances son lentos y los periodistas trabajan en un clima hostil. Los medios públicos y privados siguen siendo vulnerables a los intereses externos al sector.

Panorama mediático

El medio más influyente es la cadena privada de televisión TV Markíza, cuya independencia ha sido preservada, a pesar de su cambio de propietario en 2020. La radiotelevisión pública RTVS sigue conservando una posición sólida en el mercado, pese a su vulnerabilidad frente a los intereses externos a su misión de servicio público, que han provocado la marcha de numerosos periodistas en los últimos cinco años. El país tiene una fuerte tradición de periodismo de investigación, que siguen practicando varios periódicos y medios digitales.  

Contexto político

Los ambiciosos planes del actual gobierno para mejorar la salud de la libertad de prensa y la independencia de los medios - tras el shock generado por el asesinato del periodista Jan Kuciak - se traducen en algunas medidas específicas aplicadas, sin embargo, con demasiada lentitud, debido a los conflictos internos de la mayoría en el poder. Mientras que los ataques de los miembros del gobierno contra los medios han disminuido, la oposición, y en particular el ex Primer Ministro Robert Fico, lanzan acusaciones sin fundamento para criminalizar a los periodistas de investigación.   

Marco legal

Los periodistas eslovacos gozan tradicionalmente de una sólida normativa sobre libertad de expresión y de una jurisprudencia que defiende sus derechos. Tras llegar al poder en 2020, el actual gobierno ha prometido nuevas leyes para mejorar la protección de los periodistas y sus fuentes, reforzar la independencia editorial y financiera de la radiotelevisión pública, incrementar la transparencia sobre los propietarios de los medios y su financiación, y reducir las penas de prisión por difamación. Sin embargo, su aprobación se hace esperar.

Contexto económico

La independencia editorial de los grandes medios se ve comprometida: varios de ellos están en manos de unos pocos oligarcas, y la radiotelevisión pública RTVS depende de una financiación ad hoc del gobierno, por la insuficiencia de los ingresos por cánones audiovisuales. Al mismo tiempo, algunos medios de menor tamaño logran crecer y mantener sus audiencias por medio de las suscripciones digitales. Sin embargo, la estrechez del mercado y el auge de las plataformas digitales hacen que la financiación de la información de calidad sea un gran reto.

Contexto sociocultural

Mientras que la sociedad eslovaca es claramente conservadora, los medios son, en su mayoría, de tendencia progresista, lo que provoca tensiones. Los periodistas, y en particular las mujeres, son objeto de críticas y, a veces, de ataques en Internet por cubrir temas relativos al género o al acoso sexual. Alentados por las agresiones verbales de algunos líderes de la oposición, los detractores de las medidas del gobierno contra la pandemia o la corrupción, han insultado y hostigado a los periodistas en las manifestaciones o en las redes sociales. Este clima hostil contrasta con el amplio apoyo que la población brindó a los informadores tras el asesinato de Jan Kuciak.      

Seguridad

El asesinato, en 2018, del periodista de investigación Jan Kuciak y de su prometida Martina Kusnirova marca un punto de inflexión trágico. A pesar de que dos de los autores y un intermediario han sido condenados, el juicio contra el presunto instigador, Marian Kocner, y su cómplice aún sigue en curso. La vigilancia ilegal de Jan Kuciak y de otros 30 periodistas antes de la tragedia tampoco se ha resuelto. Además de los frecuentes ataques en Internet, los periodistas eslovacos han sido objeto de violencia física durante las manifestaciones contra las restricciones del Covid-19.