Clasificación 2023
41/ 180
Puntuación: 72,05
Indicador político
52
64.20
Indicador económico
51
55.04
Indicador legislativo
27
80.32
Indicador social
68
73.86
Indicador de seguridad
35
86.83
Clasificación 2022
58/ 180
Puntuación: 68,16
Indicador político
57
65.89
Indicador económico
67
47.52
Indicador legislativo
59
73.93
Indicador social
49
80.00
Indicador de seguridad
68
73.48

La libertad de prensa en Italia sigue estando amenazada por las organizaciones mafiosas, especialmente en el sur del país, así como por varios grupos extremistas que ejercen la violencia. Ésta ha registrado un aumento significativo durante la pandemia y sigue entorpeciendo el trabajo de los profesionales de la información, especialmente durante las manifestaciones.

Panorama mediático

El panorama mediático italiano está muy desarrollado y cuenta con una amplia gama de medios que garantizan una auténtica diversidad de opiniones. El sector audiovisual está compuesto por varios canales de televisión públicos (como RAI1) y emisoras de radio generalistas, así como por un gran número de medios privados. La misma diversidad caracteriza a la prensa escrita, que cuenta con una veintena de periódicos (Corriere della Sera, La Repubblica, etc.) y medio centenar de semanarios (L'Espresso, Famiglia Cristiana, etc.), así como por numerosas revistas y diversas webs de noticias.

Contexto político

Los periodistas italianos trabajan, en general, en un clima de libertad. Sin embargo, los profesionales de la información ceden, en ocasiones, a la autocensura, ya sea por la línea editorial de sus medios, por el temor a posibles acciones legales -como demandas por difamación-, o por el miedo a represalias de agentes extremistas y redes mafiosas.

Marco legal

Cierta parálisis legislativa impide la aprobación de los diversos proyectos de ley que se han propuesto para preservar, e incluso mejorar, el libre ejercicio de la profesión periodística. Esta situación explica, en parte, los obstáculos con los que se topan algunos reporteros en  el desempeño de su trabajo. El castigo con penas de cárcel de la difamación aún no ha sido abolido, y la pandemia ha hecho más complejo y laborioso el acceso de los medios nacionales a los datos.

Contexto económico

El universo mediático depende cada vez más de los ingresos publicitarios y de las subvenciones públicas, debido a la crisis económica. El sector también se enfrenta a la progresiva disminución de las ventas de periódicos y revistas. El resultado es un peligroso proceso de precarización, que cercena el ejercicio, el vigor, y también la autonomía de la profesión periodística.

Contexto sociocultural

La polarización de la sociedad durante la pandemia de la Covid-19 ha afectado a los periodistas, víctimas de agresiones, tanto verbales como físicas, durante algunas movilizaciones contra las medidas sanitarias. Esta polarización persiste y se materializa en torno a cuestiones políticas o ideológicas vinculadas a la actualidad.

Seguridad

Los periodistas que investigan el mundo del crimen organizado, los casos de corrupción y las mafias son sistemáticamente amenazados, e incluso agredidos físicamente, por su labor. A veces, su vehículo o su domicilio son destruidos por un incendio intencionado. Del mismo modo, se orquestan campañas de intimidación en Internet contra aquellos que se adentran en estos temas. Una veintena de periodistas viven actualmente bajo protección policial permanente, tras haber sufrido intimidaciones y agresiones.