El contexto político y de seguridad de Chad sigue siendo muy inestable y acarrea riesgos importantes para el ejercicio del periodismo. La muerte, en abril de 2021, del presidente Idriss Déby Itno no aporta, de momento, ninguna nueva perspectiva de democratización del país.
Panorama mediático
Desde que Chad inició su proceso democrático en diciembre de 1990, el panorama mediático ha crecido y los medios de comunicación han ganado cierta independencia, mientras que los del sector público ya no tienen el monopolio de la información. Unos diez periódicos se publican regularmente (L’Observateur, La Voix, Le Pays…), cuatro canales de televisión emiten en Yamena, la capital, y aproximadamente 60 emisoras de radio trabajan en el territorio nacional.
Contexto político
Los medios públicos siguen estando controlados por el Ministerio de Comunicación y sus responsables son nombrados por el gobierno. Este último elige también a la mayoría de responsables del organismo regulador. Los medios tienen su propia línea editorial, pero no se toleran las investigaciones críticas con los caciques del régimen y su entorno. Los periodistas que escriben estos artículos pueden ser detenidos de forma arbitraria, mientras que los reporteros extranjeros pueden ser expulsados y los medios nacionales suspendidos.
Marco legal
En Chad, la libertad de prensa y el derecho a la información están consagrados por la ley. Sin embargo, la difamación sigue siendo objeto de pena de hasta tres meses de prisión. En 2020, más de doce diarios fueron suspendidos en virtud de la nueva Ley de Prensa, que exige un nivel mínimo de cualificación para poder dirigir una redacción: una aparente voluntad de profesionalizar el sector, que, en realidad, amenaza con hacer desaparecer numerosas cabeceras.
Contexto económico
Los medios, sobre todo los privados, trabajan de forma precaria: la impresión de periódicos es muy costosa y el mercado publicitario es limitado, lo que lleva a ciertos diarios a imprimir a pérdida. A pesar de que el Estado debe aportar una subvención anual a la prensa, los periódicos no han recibido nada en los últimos años, con la única excepción realizada en vísperas de la elección presidencial de abril de 2021.
Contexto sociocultural
Chad ha entrado en un periodo de transición desde el 20 de abril de 2021, tras la muerte del presidente Idriss Déby Itno, que dirigió el país con puño de hierro durante 30 años. Desde entonces, en un ejercicio de censura encubierta, se invita a los medios a evitar la difusión de declaraciones de odio y favorecer aquellas que apelan a la paz.
Seguridad
La presencia de grupos armados como Boko Haram y Estado Islámico en el país es un factor de inseguridad para los periodistas, como recuerda la muerte de un cámara de la televisión nacional que pisó una mina, en 2019. En febrero de 2022, un reportero de una radio comunitaria fue asesinado a tiros durante un ataque, en el sur del país. Los periodistas también sufren la violencia de las fuerzas del orden cuando cubren las manifestaciones en contra del gobierno, y son víctimas de la represión de las autoridades en Internet. En 2018 y 2019, se cortó el acceso a las redes sociales durante 470 días, convirtiendo a Chad en uno de los peores censores digitales del continente africano de los últimos años.