Los periodistas somalíes trabajan en un entorno de gran inseguridad y corrupción. Con más de 50 profesionales de los medios asesinados desde 2010, Somalia sigue siendo el país más peligroso del continente africano para los periodistas.
Panorama mediático
Desde la caída de la dictadura del general Siad Barre en 1991, que supuso el fin del monopolio del Estado sobre los medios somalíes, el sector se ha desarrollado y diversificado, a pesar de un entorno hostil e inestable. La radio sigue siendo el medio más popular, ya que el acceso a la información por televisión sigue siendo un fenómeno básicamente urbano. Existen dos cadenas de televisión públicas y varias privadas, algunas de las cuales emiten vía satélite a través de la diáspora en el extranjero. Universal TV, basada en Londres, es la más conocida. La prensa escrita está en declive y sólo quedan dos diarios en Mogadiscio, capital del país.
Contexto político
Las presiones y las tentativas de corrupción provenientes del entorno político hacia los periodistas somalíes son frecuentes. Varios medios pertenecen directamente a responsables políticos, ya sean parlamentarios, miembros del ejecutivo o incluso diplomáticos. Cada estado federado dispone también de un medio, considerado normalmente como portavoz de las autoridades locales.
Marco legal
El marco legal es muy represivo. No es raro que los periodistas sean llevados ante los tribunales militares, en un intento de justificar sus prolongadas detenciones, o ante tribunales civiles, sustentados por un código penal que data de 1964 y leyes de la época de la dictadura militar. La moratoria sobre las detenciones de periodistas, prometida por las autoridades en 2020, no ha sido aprobada todavía.
Contexto económico
Somalia es uno de los países más pobres del mundo, la corrupción está muy extendida y también afecta a los periodistas o responsables de medios. La ayuda estatal a los medios es opaca y está orientada hacia aquellos que son afines a las autoridades.
Contexto sociocultural
La importancia de la cultura de clanes juega un papel considerable en el tratamiento de la información, y resulta difícil para los periodistas tratar los temas de forma objetiva y respetuosa con la pluralidad de opiniones. La orientación sexual o el género son temas tabú por la influencia del islamismo radical en el país. Al Shabab, el grupo terrorista ligado a Al Qaeda, tiene su propia emisora de radio, Radio Andalus, que difunde la propaganda del grupo terrorista.
Seguridad
Todo el que no se someta a la autocensura es atacado por los Shebab, principales responsables de los asesinatos de periodistas, o sufren arrestos, detenciones arbitrarias - 34 sólo en 2021 -, torturas o cierre de medios. Las autoridades de Somaliland y Puntland son especialmente represivas y ejercen muy fuertes presiones sobre los medios locales. Estos atropellos se cometen con total impunidad, aunque ha habido algunas señales esperanzadoras en los últimos años, como el nombramiento de un fiscal especial encargado de investigar los asesinatos de cerca de cincuenta profesionales de la información.