Clasificación 2023
175/ 180
Puntuación: 27,22
Indicador político
169
33.65
Indicador económico
174
25.49
Indicador legislativo
170
24.34
Indicador social
171
29.55
Indicador de seguridad
177
23.07
Clasificación 2022
171/ 180
Puntuación: 28,94
Indicador político
166
33.51
Indicador económico
160
27.62
Indicador legislativo
164
33.58
Indicador social
166
36.57
Indicador de seguridad
175
13.39

En este país en guerra desde hace más de una década, los periodistas tienen vetado el acceso a áreas enteras del territorio. Los medios son meras herramientas de difusión de la ideología baazista y están, por ello, cerrados al pluralismo, lo que lleva a numerosos periodistas al exilio.

Panorama mediático

La prensa gubernamental nacional, a través de los tres soportes de radio, televisión y prensa escrita, difunde propaganda del Estado proporcionada por la todopoderosa agencia de noticias SANA. Para el resto de medios, Facebook y otras redes sociales siguen siendo el principal canal de difusión de sus publicaciones, pues las hace difícilmente controlables, aunque estén vigiladas. Un tercio de los medios independientes u opositores están actualmente en el exilio, como Enab Baladi.

Contexto político

Bachar el Asad y el partido Baaz controlan la mayoría de la prensa siria. La revolución de 2011 dividió, no obstante, el panorama mediático en dos bandos: los progubernamentales y los medios independientes. Durante las primeras manifestaciones, el gobierno prohibió a los medios internacionales e independientes entrar en el país. La falta de formación y de independencia financiera de los periodistas les obliga a permanecer bajo la tutela política del gobierno.

Marco legal

La ley de 2021 sobre ciberdelincuencia, reformada en 2022, permite a las autoridades sancionar a los periodistas por “difusión de noticias falsas en Internet que atentan contra el prestigio de la nación”. Ya en 2011, la ley sobre los medios había reforzado el control gubernamental sobre las redacciones, sumándose a las amenazas contra la libertad de prensa que suponen la ley de protección contra la revolución, promulgada en 1965; la ley antiterrorista de 2012 y el código penal.

Contexto económico

La mayoría de los medios sirios están financiados por el Estado o por personas próximas al poder y las sanciones económicas aplicadas contra el país afectan al sector audiovisual en la misma medida que a los otros ámbitos de la sociedad. Los periodistas no pueden trabajar si no obtienen acreditación. En cuanto a los medios en el exilio, su financiación depende de la perseverancia de los periodistas que quieren seguir informando sobre la situación en Siria con total libertad.

Contexto sociocultural

La polarización de la sociedad por el conflicto afecta de tal manera a los medios que algunos periodistas se definen como “activistas mediáticos”. Sus cuentas personales en las redes sociales ejercen como medios en toda regla y son fuentes de información a tener en cuenta como reflejo de la realidad del país. Cada “bando” tiene sus propios códigos, su propia terminología y sus temas predilectos.

Seguridad

Detenciones, secuestros, torturas, asesinatos… Los periodistas sirios se ven forzados con frecuencia al exilio para evitar los malos tratos o la muerte. Varios de ellos, refugiados en Turquía, fueron obligados a volver a su país en 2019; un procedimiento con el que se amenazó a centenares más. Las autoridades turcas renunciaron finalmente a esta medida, que les habría expuesto a ser detenidos por las autoridades sirias o a la violencia de diferentes grupos armados.