Clasificación 2023
95/ 180
Puntuación: 57,89
Indicador político
72
58.44
Indicador económico
106
44.61
Indicador legislativo
76
66.27
Indicador social
95
61.08
Indicador de seguridad
106
59.04
Clasificación 2022
76/ 180
Puntuación: 62,67
Indicador político
75
59.80
Indicador económico
102
40.14
Indicador legislativo
89
66.08
Indicador social
59
77.33
Indicador de seguridad
83
69.99

Después de los violentos acontecimientos que pusieron fin a 240 años de monarquía, el advenimiento de la República Federal Democrática de Nepal, en 2008, marcó una nueva etapa para la libertad de prensa en este enclave del Himalaya, con 30 millones de habitantes.

Panorama mediático

El panorama mediático es muy abundante: 4 800 publicaciones, 880 radios, 160 canales de televisión y más de 3 100 webs de información online… El gobierno de Nepal es uno de los mayores propietarios de medios. Ejerce un control directo y designa a los directores de los periódicos, como es el caso del diario bilingüe Gorkhapatra (Rising Nepal), fundado en 1901. El principal actor del sector privado es Kantipur Media Group (KMG), un conglomerado cuyas actividades van más allá de la esfera mediática. Su posición dominante se está viendo disputada en Internet con el auge de digitales innovadores, como onlinekhabar.com, ratopati.com o setopati.com.

Contexto político

Desde el advenimiento de la república, el clima político en el que trabajan los periodistas se ha suavizado progresivamente, al menos en apariencia, pues la sociedad nepalí está extremadamente polarizada y cada partido político relevante tiene apoyo en un sindicato o en una asociación de periodistas. Este contexto crea conflictos de intereses, especialmente fuertes en los medios locales, donde los redactores y propietarios casi siempre son, a la vez, militantes de un partido.

Marco legal

La república de Nepal es uno de los pocos países del mundo que consagra una “libertad de prensa total” en el preámbulo de su Constitución. Esta declaración de intenciones se ve avalada por otras garantías fundamentales, como la libertad de opinión y de expresión, el acceso público a la información o el derecho a la vida privada. Otros proyectos legales están todavía por desarrollar, como la creación de un consejo de los medios independiente del gobierno o el refuerzo a la independencia editorial de los medios de servicio público. Pese a este entorno favorable, varias disposiciones del código penal, aprobado en 2018, obstaculizan la labor del periodismo de investigación y limitan la crítica a las personalidades públicas. Este marco jurídico en construcción podría integrar iniciativas de algunas provincias, como las de Bagmati o de Madhesh, punteras en el abordaje de la protección de los periodistas.

Contexto económico

Los medios de comunicación están teóricamente obligados a pagar a sus periodistas un salario mínimo fijado por la ley de empleo de los periodistas, pero en la práctica, rara vez los informadores están remunerados de acuerdo a esta tabla salarial, lo que precariza su profesión y penaliza su independencia y el respeto a la deontología; el recurso a sobornos por parte de intereses privados para obtener coberturas periodísticas favorables está a la orden del día. Las autoridades garantizan parte de la viabilidad financiera de los medios concediéndoles contratos de anuncios legales, pero este sistema tiende también a favorecer sesgos editoriales, ya que el gobierno prima las inversiones publicitarias en los medios afines a su línea.

Contexto sociocultural

Desde el final de la guerra civil, en 2006, la libertad de prensa en Nepal cuenta con un sustrato sociocultural tradicionalmente favorable al debate. Algunos segmentos de la sociedad están, no obstante, infrarrepresentados, y la profesión no logra aún reflejar la diversidad social. Solo el 15% de los periodistas nepalíes son mujeres. El periodismo también sigue fuera del alcance de las capas más desfavorecidas de la sociedad, una tendencia reforzada por la persistencia de los viejos modelos de castas heredados de la tradición hinduista. Estas disparidades se plasman en los contenidos ofrecidos por los grandes medios del país, que tienden a minimizar los problemas ligados a las poblaciones marginales, especialmente en las zonas rurales y/o desfavorecidas.

Seguridad

La acción de las fuerzas de seguridad y las actividades de determinados grupos rebeldes son especialmente sensibles y, ante la falta de la debida formación en materia de seguridad, muchos periodistas renuncian a cubrirlas. Aunque existen mecanismos de protección, entre los que destacan los del Consejo de la Prensa y la Comisión Nacional de Derechos Humanos, pocos ofrecen soluciones de urgencia para periodistas en peligro. Los casos de vigilancia, amenazas e intimidaciones son legión, lo que empuja a muchos periodistas a la autocensura. Por miedo al descrédito, muchos periodistas son víctimas de presiones insidiosas que los disuaden de abordar cuestiones sensibles.