Indonesia

Durante sus cinco años de mandato, el presidente Joko Widodo, conocido como “Jokowi”, no cumplió sus promesas de campaña. Su presidencia estuvo marcada por graves atentados contra la libertad de prensa, como las drásticas medidas impuestas para impedir el acceso a dos provincias de Papúa Occidental, donde la inseguridad que enfrentan los periodistas locales no deja de agravarse. Los periodistas extranjeros y sus fixers (guías-intérpretes) locales siguen corriendo el riesgo de ser detenidos y juzgados cuando intentan dar cuenta de las agresiones cometidas por las fuerzas militares de Indonesia o cuando abordan cuestiones humanitarias –fue el caso de una corresponsal de la BBC, en febrero de 2018–. Como lo lamenta a menudo la Alianza de Periodistas Independientes (Aliansi Jurnalis Independen, AJI), los militares también intimidan a los profesionales de los medios de comunicación, incluso los agreden cuando se vuelven testigos molestos de sus abusos. Los grupos religiosos radicales también atentan contra el derecho a informar de los periodistas. Numerosos periodistas se han visto obligados a autocensurarse frente a las amenazas de la ley que castiga la blasfemia y de la ley de información y transacciones electrónicas (Informasi dan Transaksi Elektronik), que regula la información en línea.