Senegal

Senegal cuenta con una de las democracias más estables del continente y con un paisaje mediático plural. La Constitución de 2001 garantiza la libertad de información. Aunque los ataques a periodistas han sido menos frecuentes en los últimos años, aún hay temas que siguen siendo tabú. Muchos medios de comunicación han sido citados por las autoridades e intimidados por haber informado sobre casos de corrupción. Las radios que conceden la palabra a quienes critican al régimen pueden padecer presiones. Los periodistas pueden ser condenados por difamación, aunque es raro que esto suceda. Tras varios años de discusión, en junio de 2017 se aprobó un Código de Prensa, pero aún no se firma el decreto para que entre en vigor. Mientras tanto, a principios de 2021 se presentaron dos propuestas legales al consejo de ministros. Este Código, que no despenaliza los delitos de prensa, contempla la confiscación del equipo de transmisión y la suspensión o el cierre del medio de comunicación si se atenta contra la seguridad del Estado, lo que deja un amargo sabor de boca a los profesionales de la prensa. En 2020 se registraron violaciones a la libertad de prensa, algunas de ellas cometidas por las fuerzas de seguridad. La religión sigue siendo tabú en las noticias: en agosto, las oficinas del diario Les Echos fueron saqueadas después de publicar un artículo sobre una figura religiosa musulmana que presuntamente se había contagiado de coronavirus.