La ley garantiza la libertad de prensa en Sierra Leona. Aunque los delitos de prensa se despenalizaron durante el primer mandato del presidente Julius Maada Bio, se han producido varios ataques contra la prensa desde su reelección en 2023.
Panorama mediático
El panorama mediático es plural y generalmente independiente. A finales de 2022, Sierra Leona contaba con un total de 531 medios - incluyendo 228 emisoras de radio, 242 diarios, 24 revistas, 26 cadenas de televisión locales y 11 cadenas de televisión digital vía satélite -, aunque muchos de ellos funcionan de forma irregular. Además del grupo público de radiodifusión SLBC, los medios privados más importantes son la cadena de televisión AYV TV, la emisora de radio Democracy y los periódicos Awoko y Standard Times Newspapers. El medio más popular es la radio, seguida de la televisión. Las emisoras comunitarias cubren gran parte del país, mientras que el alcance de las televisiones locales sigue limitándose principalmente a las ciudades.
Contexto político
La mayoría de los medios no están controlados directamente por políticos, pues la ley les autoriza a crear diarios, pero no así emisoras de radio o cadenas de televisión. A pesar de esta norma, los medios siguen bajo su influencia, teniendo en cuenta su carencia de recursos y los fallos en la gestión de muchos de ellos. Aunque los periodistas son libres de investigar todos los temas, incluidos los políticamente delicados, a veces tienen dificultades para acceder a la información sobre las instituciones públicas.
Marco legal
En 2020, la disposición legal que penalizaba la difamación dentro de la Ley de Orden Público de 1965, fue derogada. La creación y la regulación de los medios de comunicación dependen de la Comisión Independiente de los Medios (IMC), un organismo independiente del gobierno y del control político. Las leyes y políticas que rigen los medios se elaboran en consulta con todos los actores clave del sector, incluida la IMC y la Asociación de Periodistas de Sierra Leona (SLAJ).
Contexto económico
Gran parte de los medios se concentran en la capital, Freetown. La mayoría de los periodistas están mal pagados y no disponen del equipamiento necesario para trabajar en condiciones. Esta situación beneficia a los políticos, que pueden influir en el contenido editorial a cambio de apoyo financiero, material o logístico. Los medios subsisten principalmente gracias a los ingresos publicitarios, pero el mercado es exiguo. El gobierno proporciona una ayuda presupuestaria trimestral al principal sindicato de periodistas, el SLAJ, pero no concede ninguna subvención a los medios independientes.
Contexto sociocultural
Los periodistas tienen libertad para cubrir la mayoría de los temas sociales sin arriesgarse a sufrir autocensura o represalias. Los ataques contra periodistas que guardan relación con el género, el estatus, la etnia o las creencias religiosas son muy poco habituales. Sin embargo, el uso de las redes sociales para difundir propaganda política, desinformación o discursos de odio es una práctica cada vez más frecuente.
Seguridad
Los periodos electorales suelen estar marcados por la violencia contra los periodistas, especialmente por parte de militantes, y por el temor a los cortes de Internet. Los reporteros tampoco se libran del acoso y de las detenciones de la policía, que puede confiscarles su material. Además, pueden ser objeto de amenazas, campañas de intimidación en Internet, e incluso intentos de asesinato cuando trabajan en investigaciones sensibles.