Afganistán

Aunque las negociaciones de paz entre los talibanes y el gobierno afgano iniciadas en septiembre de 2020 suscitan las esperanzas de una tregua, la violencia contra los periodistas y los medios de comunicación ha aumentado notoriamente en el país, y en total, seis periodistas y colaboradores de medios han sido víctimas de asesinatos selectivos desde principios de 2020. Afganistán aún está lejos de alcanzar una paz definitiva y los logros que, durante 20 años, han garantizado la libertad de prensa y la protección de los periodistas están amenazados. La violencia y el número de periodistas asesinados disminuyeron ligeramente en comparación con 2018, el año más mortífero para los profesionales de las noticias desde la caída de los talibanes. A estas dificultades se suma la propagación de la Covid-19, que ha causado la muerte de al menos siete periodistas y de donde derivan problemas económicos que obligan a muchos medios a desprenderse de sus colaboradores o recurrir a suspensiones parciales de empleo (sin compensación económica). Las mujeres periodistas son a menudo las primeras víctimas. Asimismo, se reforzaron las medidas tomadas por el gobierno de unidad nacional y el Comité de Coordinación para la Seguridad de los Periodistas y los Medios de Comunicación para la Libertad de Información. Las mujeres periodistas siguen siendo muy vulnerables, a pesar que persisten en su trabajo, pues son uno de los principales blancos de la propaganda fundamentalista, muy presente en ciertas regiones. Existe la gran preocupación de que las libertades fundamentales, en particular las de las mujeres periodistas, se sacrifiquen en los esfuerzos por alcanzar la paz en Afganistán. Frente a estas amenazas, el Centro de Medios para la Protección de las Periodistas Afganas (CPAWJ, por sus siglas en inglés), apoyado por RSF, ha emprendido varias campañas a favor de la protección de los derechos de las mujeres periodistas, como condición previa para una paz perdurable.