El paisaje mediático de Togo es muy diverso: en el país hay 171 publicaciones, 74 radiodifusoras y 10 canales de televisión. Sin embargo, los medios de comunicación del Estado aún enfrentan grandes dificultades para ofrecer una verdadera información al servicio de la población. Desde 2004 se despenalizaron los delitos de prensa. Asimismo, las organizaciones profesionales de periodistas poseen una gran capacidad de movilización para defender a la prensa. No obstante, la situación de la libertad de prensa depende en gran medida de las circunstancias políticas. Durante las elecciones los periodistas suelen autocensurarse, evitan abordar temas tabú como la corrupción, el ejército, el presidente y su familia. Desde las grandes manifestaciones de 2017 contra la permanencia en el poder del presidente Faure Gnassingbé, las autoridades endurecieron su postura frente a los medios de comunicación: le quitaron la acreditación de prensa a la corresponsal de TV5 Monde y France 24 e interrumpieron varios días la conexión a internet. La situación se ha calmado y el número de agresiones a periodistas ha descendido considerablemente. En las elecciones presidenciales del 22 de febrero de 2020 la conexión a internet se interrumpió cuando se compilaban los resultados. La profesionalización de la prensa, la protección de los periodistas –sobre todo durante las manifestaciones– y de sus fuentes, así como el acceso a mayores recursos económicos para garantizar la viabilidad económica de los medios de comunicación, constituyen los principales desafíos del nuevo Código de Prensa, aprobado por los diputados en diciembre de 2019. La cultura del periodismo de investigación se ve obstaculizada por presiones, persecuciones e incluso sanciones impuestas por un organismo regulador (la HAAC), que carece de independencia. Esto se ha puesto de manifiesto en una serie de suspensiones de periódicos privados, la más reciente al bisemanario L'Alternative, del periodista de investigación Ferdinand Mensah Ayité.
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