Somalia

Con seis profesionales de los medios asesinados desde 2019, lo que eleva la cifra total a 50 desde 2010, Somalia sigue siendo uno de los países más peligrosos para los periodistas en África. La corrupción y la inseguridad afectan seriamente la libertad de información. Gran parte del país está controlado por grupos armados; algunos estados no reconocen (o muy poco) al poder central. Las presiones que sufren los periodistas vienen de todas partes. Aquellos que no se someten a la autocensura son atacados por los miembros de Al Shabab, principales responsables de los asesinatos de periodistas, o sufren arrestos, detenciones arbitrarias -32 solo durante el año 2020-, torturas o les cierran sus medios. Las autoridades de Somaliland y Puntland son muy represivas y ejercen grandes presiones en los medios de comunicación locales. No es raro que periodistas comparezcan ante tribunales militares en un intento de justificar sus prolongadas detenciones, o de tribunales civiles que se apoyan en leyes que datan de la época de la dictadura militar. La nueva ley de medios promulgada por las autoridades contiene numerosas disposiciones liberticidas y otorga al Ministro de Información poderes desmesurados, además de la facultad de controlar toda la producción de información. En octubre de 2020, durante una misión sin precedentes en Somalia, RSF y su socio local, el Sindicato Nacional de Periodistas Somalíes (Nusoj), expresaron sus preocupaciones al presidente y al primer ministro. Este último prometió establecer una moratoria de las detenciones de periodistas. Dicho compromiso tarda en materializarse, ya que el país se encuentra sumido en una nueva crisis política que impide la celebración de las elecciones tal como estaban previstas. Aunque los ataques contra los profesionales de la información se cometen en la mayor impunidad, las autoridades han enviado algunas señales positivas. El policía que asesinó a un camarógrafo en Mogadiscio en julio de 2018 fue condenado en ausencia a cinco años de prisión incondicional; los dos soldados que ataron a dos periodistas y los abandonaron a pleno sol fueron expulsados del ejército y, en 2020, fue nombrado un fiscal especial para investigar los asesinatos de periodista. Lo nunca visto en Somalia.