Mozambique

La reelección de Filipe Nyusi y el frágil acuerdo de paz alcanzado con la antigua rebelión armada no han detenido el preocupante declive de la libertad de prensa en Mozambique. Las elecciones celebradas en octubre de 2019 confirmaron el control que ejerce el partido gobernante sobre la mayoría de los medios de comunicación. La misión de observación electoral que realizó la Unión Europea en el país señaló que no hubo una cobertura periodística imparcial. El periodismo independiente enfrenta fuertes presiones. En comicios anteriores, como las elecciones locales de 2018, se agredió con frecuencia a periodistas. Afortunadamente, aún no se ha aprobado el proyecto que contempla aumentar drásticamente el costo de acreditación de periodistas extranjeros. Por lo general, las numerosas restricciones administrativas y económicas dificultan que aparezcan nuevos actores en el sector de los medios de comunicación. En septiembre de 2019, de cara a la visita del Papa Francisco a Mozambique, RSF, junto con otras once organizaciones, escribió al Sumo Pontífice para pedirle que exhortara a las autoridades a respetar y promover los derechos humanos, ya que la libertad de informar está amenazada en el país. Hoy en día es casi imposible ir al norte del país –que padece una insurrección islamista– sin ser detenido. En 2019 dos periodistas que intentaron acceder a esta zona fueron encarcelados cuatro meses y aún enfrentan cargos por difundir mensajes e insultos contra agentes del Estado. Otro periodista fue dado por desaparecido en abril de 2020. Los medios de comunicación internacionales no escapan a este apagón informativo; cada vez les es más difícil obtener autorizaciones para cubrir ese tema. Peor aún es el caso de un periodista británico que llevaba mucho tiempo establecido en el país y que había fundado un importante medio digital de información: fue expulsado por motivos falaces y se le prohibió acceder al territorio durante 10 años. Esta zona de África no había visto un castigo tan severo desde hacía años.