Gambia

Desde que el dictador Yayah Jammeh dejó el poder, en 2017, Gambia ha progresado, a pesar de que en 2019 se registraron importantes violaciones a la libertad de la prensa. El nuevo presidente, Adama Barrow, ha comenzado a cumplir su promesa de crear en el país un ambiente propicio para el desarrollo de los medios de comunicación. La radiotelevisión pública ya no monopoliza la información; se han creado nuevos canales de televisión y estaciones radio, tanto privados como comunitarios. En 2020, el país contaba con cuatro diarios, un trisemanario, 33 emisoras de radio y seis cadenas de televisión. La Corte Suprema declaró anticonstitucional el delito de difamación. Pese a la buena voluntad que mostró el presidente, aún no se ha realizado la esperada reforma de las leyes de prensa liberticidas. De los cerca de cien periodistas que se habían exiliado durante la dictadura, al menos unos treinta han podido regresar al país. Sin embargo, tras 23 años de terror mediático, los viejos hábitos del sistema –predador de la libertad de prensa– no han desaparecido por completo. A inicios de 2020 las autoridades suspendieron durante un mes a King FM y Home Digital FM, y detuvieron a los directores de estas dos radios privadas por “incitar al odio”, debido a que cubrieron las manifestaciones políticas organizadas por los partidos de oposición. Asimismo, le quitaron la acreditación de prensa a un periodista extranjero porque consideraron que la cadena de televisión para la que trabajaba era demasiado cercana a la oposición. Por otra parte, un militar reconoció ante la Comisión de la Verdad, Reconciliación y Reparación que, bajo las órdenes de Yahya Jammeh, asesinó en 2004 a Deyda Hydara, figura histórica de la prensa de Gambia y excorresponsal de RSF. RSF pide la extradición del exdictador, verdadero verdugo y asesino de periodistas que actualmente está refugiado en Guinea Ecuatorial. El proyecto de ley para la reforma del marco legal presentado en 2019 a la Asamblea Nacional sigue bloqueado. En julio de 2020, el gobierno asignó -por primera vez desde la independencia del país, en 1965-, una subvención a la prensa con el fin de ayudarla a afrontar la crisis financiera causada por el coronavirus.