"A pesar de los avances efectuados hacia los estándares europeos, continúa siendo considerable la diferencia entre los hechos y la buena voluntad manifestada, de forma que están muy lejos de conseguirse las condiciones de una verdadera libertad de prensa", ha declarado la organización en vísperas de la visita a París del Primer Ministro turco, que se efectuará el 20 de octubre.
"Los innegables progresos realizados en el plano legislativo no deben enmascarar una realidad que todavía es muy difícil para los periodistas más críticos", ha declarado Reporteros sin Fronteras, en vísperas de la visita privada a París del Primer Ministro turco Recep Erdogan, que se efectuará el 20 de octubre de 2004.
"La prensa privada se encuentra en manos de la arbitrariedad de los tribunales que, en la práctica, continúan infligiendo penas de cárcel y multas exorbitantes que empujan a los periodistas a una autocensura generalizada sobre los temas más delicados, como el ejército o la cuestión kurda. Las televisiones y radios siguen padeciendo la desvergonzada censura del Alto Consejo del Audiovisual (RTÜK) mientras que los periodistas pro-kurdos continúan siendo víctimas de presiones de todo tipo", ha añadido la organización.
"A pesar de los avances efectuados hacia los estándares europeos continúa siendo considerable la diferencia entre los hechos y la buena voluntad manifestada, de forma que están muy lejos de conseguirse las condiciones de una verdadera libertad de prensa", ha concluido Reporteros sin Fronteras.
Las reformas aprobadas por las autoridades, en la perspectiva de la adhesión del país a la Unión Europea, han sido positivas para los periodistas, en el plano legislativo.
En la nueva ley de prensa, aprobada en junio de 2004, las penas de cárcel se han reemplazado por fuertes multas. Se han suprimido las sanciones más represivas, como el cierre de un medio de comunicación o la prohibición de distribuir e imprimir. Incluso se ha reforzado la protección de las fuentes.
Algunos periodistas denunciados por "complicidad con organizaciones terroristas" han sido absueltos, como consecuencia de una reforma de la ley antiterrorista y del código penal, efectuada en 2003. Sin embargo, la nueva versión del código penal, que entrará en vigor el 1 de abril de 2005, establece que la "propaganda de una organización ilegal o de sus objetivos" puede castigarse con una pena de uno a tres años de cárcel, y la sanción se agrava si el delito se comete por medio de la prensa.
En 2002 y 2003 se enmendó el artículo 159, que era causa de una gran número de denuncias contra los periodistas por "ofensa al Estado y a las instituciones del Estado y amenazas contra la unidad indivisible de la República Turca". La duración de la pena de cárcel, para esa acusación, ha quedado reducida de un año a seis meses, y ya no se condenan con penas de cárcel las críticas que no vayan dirigidas intencionadamente a "ridiculizar" o "insultar" a las instituciones del Estado. El nuevo código penal aporta una mejora suplementaria al suprimir el delito de "burla e insulto al cuerpo ministerial".
Sin embargo, contraviniendo los estándares europeos, el nuevo código penal establece que el insulto puede acarrear un castigo de tres meses a tres años de cárcel, y la pena se agrava si el delito se comete por medio de la prensa (artículo 127).
En la práctica, continúa siendo muy subjetiva la interpretación que hacen los jueces de la noción de "crítica", y siguen produciéndose denuncias abusivas.
En 2003 comparecieron ante los tribunales cuatro periodistas del diario pro-kurdo Yeniden Özgür Gündem, que habían criticado la política del gobierno durante la guerra de Irak, y fue detenido el periodista digital Erol Öskoray, denunciado por "burla" e "insultos" al ejército. Sabri Ejder Öziç, director de la radio local Radyo Dünya en Adana (Sur), fue condenado a una pena de un año de cárcel, por ofender al Parlamento.
Hakan Albayrak, ex editorialista del diario Milli Gazete, fue encarcelado el 20 de mayo de 2004. Actualmente cumple una condena de quince meses de prisión incondicional por "atentado a la memoria de Atatürk", en virtud de la ley de 1951 relativa a los crímenes contra Atatürk. El artículo 1 de esa ley sanciona el insulto a la memoria del fundador de la República de Turquía con una pena de uno a tres años de cárcel. El artículo 2 establece el doble de la pena, si el crimen se comete por medio de la prensa.
Nureddin Sirin, editorialista del semanario islamista Selam, y Memik Horuz, director de publicación del periódico de extrema izquierda Isçi Köylü, se encuentran encarcelados desde hace varios años, por expresar sus opiniones en el marco de su actividad profesional.
El 15 de octubre de 2004, Sebati Karakurt, del diario Hurriyet, estuvo detenido durante doce horas en los locales de la policía antiterrorista de Estambul a causa de una entrevista con Murat Karayilan, jefe militar del ex Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKKK, rebautizado como Kongra-Gel), publicada pocos días antes. El reportaje gráfico mostraba a algunas mujeres rebeldes en traje de faena en un buen día, sonrientes y con aspecto relajado. Una decena de policías registraron el domicilio del periodista, que quedó en libertad tras ser interrogado por la policía y por un fiscal.
Por otra parte, aunque los medios audiovisuales nacionales han sido autorizados a utilizar la lengua kurda, el RTÜK continúa dictando sanciones totalmente desproporcionadas contra los medios de comunicación pro-kurdos o muy críticos con el gobierno, que van desde la advertencia a la retirada de la licencia.
El RTÜK condenó a la radio local de Estambul Özgür Radyo a un mes de suspensión, por "incitación a la violencia, el terror, la discriminación sobre la base de la raza, la región, la lengua, la religión o la secta, o emisión de programas que despiertan sentimientos de odio en la sociedad". La emisora dejó de emitir en la noche del 18 de agosto de 2004. En caso de reincidencia, el RTÜK tiene poder para retirar la licencia a Özgür Radyo.
Günes TV, la televisión local de Malatya (Este del país) también dejó de emitir durante un mes, a partir del 30 de marzo de 2004. El RTÜK acusó al canal de "atentar contra la existencia y la independencia del Estado, la unidad indivisible del país con el pueblo y los principios y reformas de Atatürk" (artículo 4 de la ley 3984 del RTÜK). Apoyándose en el mismo artículo, el 1 de abril de 2004 el RTÜK suspendió durante un mes a la televisión local ART de Diyarbakir (Sudeste), por emitir el 16 de agosto de 2003 dos canciones de amor en kurdo.
Las detenciones masivas de periodistas pro-kurdos, llevadas a cabo por la policía antiterrorista en la víspera de la Cumbre de la OTAN en Estambul, los días 28 y 29 de junio de 2004, son sintomáticas del trato reservado a esta prensa.
Finalmente, durante las elecciones locales del 28 de marzo, la policía golpeó violentamente a nueve periodistas que cubrían la represión de una manifestación que denunciaba el fraude electoral en Diyarbakir (Sudeste). Tres de ellos tuvieron que ser hospitalizados. No han sido sancionados los responsables de las exacciones.