El panorama mediático tradicional vietnamita está férreamente controlado por el partido único. Reporteros independientes y blogueros son regularmente enviados a prisión, transformando a Vietnam en la tercera mayor cárcel de periodistas del mundo.
Panorama mediático
Blogueros y periodistas independientes son las únicas fuentes de información libre en un país donde la prensa está enteramente a las órdenes del Partido Comunista de Vietnam (PCV), en el poder desde 1975. Transformada en una herramienta esencial de comunicación, Facebook es la red social más popular, con 64 millones de usuarios, una cifra que coloca a Vietnam como el séptimo país del mundo en seguidores de esta plataforma. La aplicación de mensajería Zalo, típica vietnamita, se utiliza también de forma masiva para intercambiar informaciones.
Contexto político
El Partido-Estado aspira a controlar todo y, para ello, el ejército ha puesto en marcha la llamada “Fuerza 47”, una unidad de 10 000 cibersoldados encargados de defender el discurso del PCV y de atacar a cualquier voz disidente en Internet. La ley sobre ciberdelincuencia de 2019 obliga, además, a las plataformas a almacenar los datos de los usuarios en suelo vietnamita para facilitárselos a las autoridades, si así lo exigen.
Marco legal
La libertad de prensa está consagrada en el artículo 19 de la Constitución de la República socialista de Vietnam. Pero, el aparato político dispone de un arsenal legislativo a medida para encarcelar a cualquier profesional de la información que pueda resultar molesto: los artículos 109, 117 y 331 del código penal castigan con severas penas de prisión -hasta 20 años- a aquellas y aquellos culpables de “actividades dirigidas a derrocar el poder del pueblo”, de “propaganda contra el Estado” o, peor, de haber osado “abusar de sus libertades democráticas”.
Contexto económico
Según la ley, el Estado es el accionista mayoritario de todos los órganos de prensa. A cambio, el PCV exige que éstos se erijan en “la voz de las organizaciones del partido, de los órganos del Estado y de las organizaciones sociales”. Su departamento central de propaganda se reúne todas las semanas en Hanoi para cerciorarse de que nada reprobable sea publicado por los órganos de prensa y, en función del resultado, felicitar o reprender a los redactores jefe.
Contexto sociocultural
La censura se ejerce sobre numerosos temas: los disidentes políticos, los casos de corrupción de los altos dirigentes, la legitimidad del partido único, las relaciones con China y, por supuesto, las cuestiones relativas a los derechos humanos. Aunque de forma marginal, algunos temas considerados menos sensibles, como las cuestiones medioambientales o los derechos de las comunidades LGTBI consiguen abrirse hueco. El dinamismo de la diáspora vietnamita juega un papel fundamental de apoyo y renovación de las voces independientes del país.
Seguridad
La imposición de la línea conservadora del secretario general Nguyễn Phú Trọng, en la cúpula del PCV desde 2016, ha acarreado una expansión del terror contra las voces independientes. El aparato asfixia cuidadosamente todas las iniciativas periodísticas que emanan de la sociedad civil, como el grupo Bao Sach (“El periódico propio”) o la Asociación de Periodistas Independientes de Vietnam (IJAVN). La galardonada con el premio RSF 2019, Pham Doan Trang, ha sido condenada a nueve años de prisión y cerca de cuarenta periodistas se pudren en las mazmorras del país, donde los malos tratos son frecuentes.