Cuatro ciberdisidentes se han visto obligados a testimoniar en el proceso de Alí Mazroi, presidente de la Asociación de Periodistas Iraníes. Tuvieron que decir que no habían sufrido malos tratos en la cárcel. Reporteros sin Fronteras denuncia las presiones sufridas por esos periodistas.
Tres ciberdisidentes recientemente liberados, y otro que continúa detenido, se vieron forzados a testimoniar en el proceso de Alí Mazroi, presidente de la Asociación de Periodistas Iraníes. El 14 de diciembre de 2004, en una conferencia de prensa organizada con motivo de la presentación de la denuncia ante el tribunal de Teherán, han declarado que en la cárcel les trataron bien.
Reporteros sin Fronteras denuncia las presiones a que se vieron sometidos los periodistas. "Las autoridades iraníes esperan poder calmar las críticas del extranjero dedicándose a hacer unos montajes patéticos y caricaturescos. Pero esos testimonios resultan tan excesivos que se convierten en pruebas suplementarias del acoso moral y físico que padecen nuestros colegas", ha declarado la organización.
El 14 de diciembre, Omid Memarian, Shahram Rafihzadeh y Rozbeh Mir Ebrahimi, recientemente liberados, y Javad Gholam Tamayomi, que continúa encarcelado, fueron conducidos al Tribunal de Teherán para actuar como testigos de cargo de la acusación en el proceso que enfrenta al Ministerio Público con Alí Mazroi. Este ex periodista está acusado de haber enviado una carta al presidente de la República, Mohammad Jatamí, en la que denunciaba los malos tratos padecidos por su hijo, Hanif Mazroi, otro de los periodistas del "dossier Internet" que recientemente han salido de la cárcel.
En la conferencia de prensa del 14 de diciembre los cinco periodistas afirmaron no haber sufrido malos tratos durante su detención. Javad Gholam Tamayomi declaró incluso que su celda actual medía "30 m2, con un televisor de color".
Reporteros sin Fronteras recuerda que a los siete ciberdisidentes recientemente encarcelados les pegaron repetidamente en la cárcel. Entre otras cosas, a Shahram Rafihzadeh le golpearon la planta de los pies con un cable eléctrico, una tortura normal en los calabozos iraníes.
Aunque seis de los siete periodistas del dossier Internet han quedado en libertad bajo fianza, las autoridades continúan acosándoles. La víspera de presentar la denuncia, Omid Memarian, Shahram Rafihzadeh y Rozbeh Mir Ebrahimi pasaron ocho horas en las oficinas del fiscal de Teherán, Said Mortazavi. Desde su liberación, los servicios de seguridad se dedican a citarles y llamarles frecuentemente por teléfono. Entre otras cosas, se les ha ordenado que rechacen la ayuda de un abogado.
La prensa iraní ya publicó, el 4 de diciembre, las cartas de "arrepentimiento" de los periodistas. Por ejemplo, en esos textos, dictados por las autoridades, Omid Memarian declaraba: "Algunos elementos , y mis relaciones con los contrarrevolucionarios radicales, me lavaron el cerebro".