Un periodista muerto y otro herido: Reporteros Sin Fronteras pide que se investigue en profundidad

Ler a versão portuguesa do comunicado Reporteros Sin Fronteras ha manifestado su profunda emoción por el asesinato de Sávio Brandão, y la agresión de que ha sido víctima Felipe Santolia, dos periodistas que trabajan en los Estados de Mato Grosso (centro - Oeste) y Piaui (Nordeste). La organización ha pedido a Paulo de Tarso Ribeiro, Ministro de Justicia, que se encargue de que realicen investigaciones en profundidad, sobre estos dos casos. Entre otras cosas, Reporteros Sin Fronteras ha manifestado su deseo de que la policía federal participe en las investigaciones. "La participación de la policía federal en estas investigaciones es, a la vez, legítima y necesaria", explicó Robert Ménard, secretario general de Reporteros Sin Fronteras. "El asesinato de Sávio Brandao es competencia de la policía federal, ya que existen sospechas de que detrás de él se encuentra el crimen organizado. En el caso de Felipe Santólia, como el periodista estuvo relacionado con la campaña del gobernador para su reelección, es importante que la investigación no la lleve exclusivamente la policía civil, que se encuentra a las órdenes del gobernador", precisó Robert Ménard, quien se ha congratulado de que, en el caso de Sávio Brandão, el ministro se haya comprometido a facilitar el apoyo de las autoridades federales para la investigación, y ha pedido que se le proporcionen los detalles de éste. En un informe publicado el 3 de octubre de 2002 (disponible en www.rsf.org), Reporteros Sin Fronteras subraya que "en Brasil, Estado Federal, el asesinato de un periodista es competencia exclusiva de la justicia de los Estados, más sensible a las presiones locales, y de la policía civil, controlada por los cargos locales (...) Tres veces mejor pagados que sus colegas de la policía civil o militar, los agentes de la policía federal, encargados entre otras cosas de la lucha contra el crimen organizado, están también mejor equipados y menos ligados a los intereses políticos locales". En sus conclusiones, la organización recomienda a las autoridades brasileñas que aprueben un proyecto de reforma del poder judicial, que ponga en manos de la policía federal las investigaciones sobre los asesinatos de periodistas. El 30 de septiembre de 2002, Sávio Brandão, propietario del diario Folha do Estado, una publicación de Cuiabá, capital del Estado de Mato Grosso, fue asesinado por dos matones que circulaban en una moto. El diario, en el que Sávio Brandão firmaba artículos, denunciaba la instalación del crimen organizado en la región y recientemente había revelado la existencia de una red ilegal de máquinas tragaperras. En su edición del 1 de octubre, Folha do Estado relacionaba el asesinato de Sávio Brandão con el "poder paralelo", que venía denunciando en sus columnas. Sávio Brandão también era propietario de una empresa de construcción y de varias empresas de prensa, entre ellas la emisora Radio Cidade. Según la redacción del periódico, no había recibido amenazas. Hombre de negocios y abogado de formación, Sávio Brandão había dirigido varias empresas antes de invertir en el sector de la prensa, a partir de mediados de los años 90. Mientras la policía estima que se trata de un crimen cometido por profesionales, el Ministerio de Justicia Federal se ha comprometido a proporcionar ayuda al gobierno del Estado de Mato Grosso en la lucha contra el crimen organizado, sin precisar las modalidades de esa ayuda. El 1 de octubre, Hércules Araújo Coutinho, cabo de la policía militar, y Célio Alves de Souza, ex agente de la policía militar, fueron detenidos por su supuesta participación en el crimen. Hércules Araújo Coutinho fue reconocido por algunos testigos, como uno de los asesinos. Le implican también el examen de los expertos en balística y una identificación de huellas digitales, relacionándole con otros cinco asesinatos, ocurridos en la región durante este año. El, por su parte, niega estar implicado en la muerte del periodista. El 5 de octubre de 2002 fue encontrado, crucificado en un árbol, Felipe Santolia, de Radio Chibata, una emisora comunitaria de la ciudad de Esperantina (Estado de Piaui, Nordeste). El periodista tenía clavada la mano derecha, su otra mano estaba atada con alambre y había recibido un disparo de bala en la pierna. Afirma que la atacaron, y crucificaron, unos desconocidos con la cabeza cubierta que le hicieron señales para que parara al borde de la carretera, cuando parecía que tenían una avería. Según Santolia, los dos hombres se disponían a volver sobre sus pasos, con gasolina para quemarle vivo, cuando algunas personas que pasaban le descubrieron. Según él, se trata de una acción de adversarios políticos, a los que habría acusado de corrupción. Felipe Santolia, que hacía campaña a favor del Partido del Frente Liberal (PFL, derecha), anunció que pensaba hacer públicas algunas cintas de vídeo que mostraban a algunos de los candidatos a diputados, de un partido de la competencia, en actitud de comprar votos para las elecciones del 6 de octubre. El teniente Veras, encargado de la investigación, en un despacho de la Agencia France-presse, declaró que "podría tratarse de un montaje". Declaró que la policía aún no tenía las cintas que Felipe Santolia afirma poseer. El teniente subrayó de Felipe Santolia había distribuido panfletos con su foto, aunque no era candidato, en los que se podía leer: "Bajad a los corruptos de su trono y elevad a los humildes". "Resulta, por lo menos, extraño que al día siguiente se le encontrara crucificado", manifestó. Algunas fuentes locales, contactadas por Reporteros Sin Fronteras, subrayan que Felipe Santolia, ex seminarista, tenía una tendencia exagerada a ponerse en evidencia. Sin embargo, según Efrém Ribeiro, corresponsal del diario O Globo, la herida de bala en la pierna del periodista, que es profunda, hace muy difícil la hipótesis de una automutilación.
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Updated on 20.01.2016