Tras un proceso inicuo, el tribunal revolucionario de Teherán ha condenado a siete periodistas a penas que van de cuatro a once años de cárcel. Reporteros sin Fronteras pide a la Unión Europea que presione a Irak, para que ese país respete los derechos humanos.
El 10 de mayo, el tribunal revolucionario condenó a siete periodistas a penas que van de cuatro a trece años de cárcel: Taghi Rahmani (11 años), Hoda Saber (10 años), Reza Alijani (6 años), Saide Madani (6 años), Alí-Reza Redjai (4 años), Morteza Khazemian (4 años) y Ezatollah Sahabi (11 años). También fueron condenados a diez años de privación de sus derechos cívicos.
"Nos sentimos consternados por tales condenas. Son inadmisibles. Todos estos periodistas ni siquiera han tenido derecho a un proceso justo y equitativo. Una vez más, el régimen iraní demuestra hasta qué punto no se puede mencionar en ese país cualquier protesta o contestación pacífica. Pedimos a la Unión Europea que haga aun más esfuerzos con Irán, país con el que actualmente se encuentra en negociaciones, para que allí se respeten los derechos humanos", ha denunciado Robert Ménard, secretario general de Reporteros sin Fronteras. La organización recuerda que diez periodistas se encuentran actualmente entre rejas en el país, lo que convierte a Irán en la mayor cárcel de Oriente Medio.
Tras un proceso celebrado a puerta cerrada, el tribunal revolucionario de Teherán (jurisdicción excepcional instituida tras la Revolución islámica, que se ocupa de asuntos que afectan a la seguridad nacional y al régimen) dictó una scondenas muy graves contra siete periodistas, miembros del Movimiento nacional religioso. Las actividades del movimiento (organización liberal, nacionalista e islámica) no están autorizadas desde marzo de 2001.
En marzo de 2001, la justicia organizó una de las más importantes oleadas de detenciones contra la oposición. El 11 de marzo, en el domicilio de Mohammad Bastehnagar -una de las figuras de la oposición progresista-, donde se encontraba reunida una treintena de personas, fueron detenidos Taghi Rahmani, del semanario prohibido Omid-é-Zangan; Saide Madani, de Iran-é-farda (mensual suspendido); Alí-Reza Redjai, de Asr-é-Azadegan; Morteza Khazemian, de Fath (diario suspendido) y Mohammad Bastehnagar. Al día siguiente, el presidente de los tribunales revolucionarios de Teherán declaraba que las personas detenidas "intentaban fomentar un complot contra el régimen islámico". Todos los periodistas pasaron períodos más o menos largos en la cárcel, y después quedaron en libertad, en espera de sus procesos.
Unos agentes de la seguridad detuvieron el 24 de febrero de 2001 a Reza Alijani, redactor jefe del mensual Iran-é-Farda, y galardonado con el premio Reporteros sin Fronteras - Fundación de Francia 2001; quedó en libertad bajo fianza el 16 de diciembre de 2001.
Hoda Saber, uno de los dirigentes de la revista prohibida Iran-é-Farda, fue detenido el 28 de enero de 2001, y salió en libertad bajo fianza el 12 de marzo de 2002.