Se multiplican en Irak las trabas y las amenazas al trabajo de los periodistas

Por primera vez desde el fin de guerra de Irak se ha producido un atentado contra un hotel, en el que se alojaba un equipo de periodistas que trabaja para un medio de comunicación norteamericano. Reporteros sin Fronteras condena enérgicamente el atentado, y pide que se abra una investigación. Al mismo tiempo, a la organización le preocupa la llamada al orden a los medios de comunicación del Consejo del gobierno transitorio iraquí que, el 23 de septiembre de 2003, dictó una serie de consignas que deben seguir los medios que trabajan en Irak. Las consignas fueron acompañadas de las sanciones adoptadas el mismo día contra los canales árabes Al-Jazira y Al-Arabiya. Reporteros sin Fronteras está muy preocupada por la actitud amenazadora y la lógica represiva que el Consejo parece elegir, al imponer una "libertad vigilada" a los medios. Las nuevas consignas son redundantes con el decreto que en junio de 2003 firmó el administrador norteamericano en Irak, Paul Bremer, prohibiendo la "incitación a la violencia". Resultan particularmente vagas; por ejemplo la "incitación al desorden" es una noción que puede interpretarse como se quiera, y su campo de aplicación parece ilimitado. Además, no están especificadas la naturaleza de las sanciones ni la posibilidad de apelar. Sin que eso signifique adherirse o aprobar la línea editorial de algunos medios de comunicación, Reporteros sin Fronteras no puede hacer otra cosa que condenar esa exagerada voluntad del Consejo de controlar y limitar la cobertura mediática de la situación en Irak. Una actitud que no va a arreglar el problema de los ataques terroristas, de que son víctimas las autoridades iraquíes, las norteamericanas y la población civil. Evidentemente, los medios de comunicación deben dar muestras de profesionalidad y responsabilidad en el tratamiento de la actualidad. La misión de informar comporta a veces límitaciones, que los propios periodistas se imponen espontáneamente y de acuerdo con las reglas internacionales fijadas, como la "Carta de Munich". Es, además, inaceptable que algunas decisiones tan importantes y excesivas las decida un gobierno, y no una comisión de ética o un consejo de prensa, elegido por la profesión y compuesto por representantes de los medios de comunicación. Reporteros sin Fronteras alerta contra la suspensión de medios, el cierre de oficinas de prensa o la expulsión de periodistas, que serían métodos contrarios a las promesas efectuadas a la población iraquí de respetar las libertades fundamentales, entre las que se encuentra la libertad de prensa. Los periodistas son muy conscientes de los problemas de seguridad en Irak porque, por primera vez, algunos de sus colegas acaban de ser víctimas de un atentado. El 25 de septiembre ha explotado una bomba junto al hotel Al-Aike de Bagdad, en el que se alojaba un equipo de la televisión norteamericana NBC. Ha muerto un empleado del hotel y otras dos personas han resultado heridas. Una de ellas es David Moodie, técnico de sonido de NBC, afectado ligeramente en la mano. El personal de NBC ha dejado el hotel. Según Jim Avila, corresponsal del canal, en el inmueble no había ningún signo que indicara la presencia de las oficinas de NBC en el hotel. El canal no había recibido amenazas. Aunque es demasiado pronto para saber si el atentado iba dirigido contra los periodistas, sin embargo algunos habitantes del barrio han declarado que era notoria la presencia de norteamericanos y periodistas en ese hotel.
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Updated on 20.01.2016