RSF solicita al Bundestag la enmienda de la propuesta de ley que permitiría el espionaje a periodistas extranjeros

Reporteros Sin Fronteras (RSF) emplaza a los grupos parlamentarios de la coalición gubernamental a que realicen una enmienda inmediata a una propuesta de ley sobre el Bundesnachrichtendienst (BND), el servicio de inteligencia extranjera de Alemania, para evitar que pueda realizar actividades de espionaje a periodistas.

La propuesta de ley que permitiría al BND someter a periodistas extranjeros a vigilancia se debatió en primera lectura en el parlamento el pasado 8 de julio.


En lugar de aclarar las dudas, el gobierno federal ha dejado sin protección alguna a los periodistas extranjeros y está a punto de legalizar medidas que constituirían violaciones graves de dos derechos fundamentales: libertad de expresión y libertad de prensa.


‘Estamos consternados al constatar que los políticos alemanes quieren permitir que nuestra agencia de inteligencia espíe a periodistas extranjeros’, declaró Christian Mihr, director ejecutivo de la oficina berlinesa de RSF.


‘Hasta ahora, las leyes relacionadas con la inteligencia en Alemania habían excluido a los periodistas, pero la propuesta de ley del BND ya no incluye ninguna disposición que les exima de vigilancia. El BND apunta a periodistas de países de fuera de la Unión Europea. Parece que las autoridades alemanas consideran que la libertad de prensa es un derecho exclusivamente alemán, y no se preocupan de lo que sucede con esta libertad más allá de sus fronteras’.


Diferentes estatus en función de la nacionalidad


La propuesta de ley no permitiría realizar actividades de espionaje sobre ciudadanos alemanes y limitaría dichas actividades en el caso de ciudadanos de la UE. Sin embargo, eliminaría toda restricción al espionaje a ciudadanos de fuera de la UE si se decidiese que el resultado podría proteger a Alemania.


Las exenciones que protegen a los periodistas, como las que se incluyen en el párrafo 3 de la llamada ley G10 alemana (una ley que establece las restricciones que se pueden establecer al derecho constitucional a la confidencialidad de los correos electrónicos y las telecomunicaciones), brillan por su ausencia en esta propuesta de ley.


La propuesta permitiría al BND, por ejemplo, someter al New York Times a vigilancia si el periódico recibiese información confidencial que las autoridades alemanas considerasen sensible.


Hace un año se levantó un revuelo internacional cuando salió a la luz que la Agencia de Seguridad Nacional de los EEUU había estado espiando a la revista alemana Der Spiegel. Con su redacción actual, esta propuesta de ley permitiría al BND operar del mismo modo. Es más, permitiría al BND compartir la información que hubiese obtenido con otras agencias de inteligencia extranjera.


En lugar de privar a los periodistas extranjeros de la protección de la que disfrutan sus colegas alemanes, el gobierno tendría que haberse ocupado de las limitaciones y omisiones de la legislación alemana.


RSF ha indicado en repetidas ocasiones que la ley G10 protege sólo a periodistas profesionales que reciben remuneración por su trabajo. Los blogueros, que en la práctica son periodistas sin sueldo, no disfrutan de la misma protección. Esto trae importantes consecuencias en muchos países, especialmente en dictaduras en las que cualquier ciudadano de a pie se expone a su procesamiento si intenta ejercer como periodista.


‘Según la ley G10, estas valientes actividades se convierten en colaboradoras involuntarias del BND al comunicarse con informadores’, declaró Mihr.


En vista de todas estas cuestiones, la sección alemana de RSF ha decidido presentar una reclamación contra el BND. RSF ya había presentado una reclamación en la Corte Federal Contencioso-Administrativa de Leipzig el 30 de junio de 2015, acusando al BND de espiar sus correos electrónicos con periodistas y socios extranjeros, poniendo en peligro así parte de su trabajo. El caso se someterá a juicio el 14 de diciembre de 2016.


El trabajo de RSF es clave tanto para los periodistas que se encuentran trabajando en Alemania como para aquellos en regímenes despóticos (como Uzbekistán, Azerbaiyán y China) que intercambian información sensible y confidencial con RSF.


Alemania se sitúa en el puesto 16 de 180 en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2016.
Publié le
Updated on 22.07.2016