RSF denuncia los ataques a periodistas del portal de noticias The Intercept Brasil

The Intercept Brasil publicó un reportaje sobre las irregularidades cometidas en la operación Lava Jato, lo que desencadenó una ola de ataques contra Glenn Greenwald, el periodista estadounidense que reveló esta información, su familia y sus compañeros de trabajo. Reporteros sin Fronteras (RSF) denuncia el tóxico clima que enfrenta la prensa de investigación en Brasil; también pide a las autoridades que garanticen el respeto del secreto de las fuentes periodísticas e investiguen las amenazas que recibió este medio de comunicación y quienes trabajan en él.

Los ataques comenzaron cuando The Intercept Brasil, que realiza trabajos periodísticos de investigación, publicó el primero de una serie de reportajes en los que da a conocer graves irregularidades en el Lava Jato –investigación judicial que reveló un caso de corrupción en el que estaban implicados empresarios y políticos, uno de los mayores escándalos en la historia de Brasil–, el domingo 9 de junio de 2019. Primero amenazaron al periodista estadounidense, que reside en Brasil, Glenn Greenwald, cofundador de The Intercept y jefe de redacción de The Intercept Brasil. Después, a su familia y a la redacción del medio de comunicación. El martes 11 de junio el diputado federal David Miranda, esposo de Glenn Greenwald, presentó una denuncia y dio a conocer algunos de los sórdidos mensajes y las amenazas de muerte que recibió tras la publicación del reportaje; en una de ellas le decían que sus hijos sólo sobrevivirían si pagaba 10,000 dólares en bitcoins.

 

En las redes sociales, los insultos, las calumnias y las amenazas de muerte se propagaron como un reguero de pólvora, apoyándose en información falsa o calumniosa difundida a fin de desacreditar el trabajo de The Intercept y de Greenwald, quien ganó el premio Pulitzer en 2014. En Twitter, el hashtag #DeportaGreenwald, con el que se pedía que lo expulsaran del país, se encontró entre los trending topics en Brasil, apoyado por una petición en línea en Change.org.

 

Las primeras reacciones del gobierno, de algunos medios de comunicación nacionales brasileños y de políticos implicados en el caso señalado en el reportaje, en especial del Ministro de Justicia, Sergio Moro, se centraron en el origen de la filtración y en la supuesta ilegalidad de la interceptación de mensajes enviados por Telegram, las grabaciones de audio, los videos, las fotos y los documentos judiciales enviados a The Intercept Brasil por una fuente anónima, que le permitieron dar a conocer la información.

 

“Las autoridades brasileñas deben garantizar el respeto del secreto de las fuentes periodísticas, contemplado por la Constitución del país, así como la protección de los periodistas de The Intercept Brasil. También deben investigar las graves amenazas que recibieron Glenn Greenwald y su familia”, señaló Emmanuel Colombié, director del Despacho América Latina de RSF. “Los ataques para desacreditar a un diario que rebeló información de interés público comprometedora para el gobierno desafortunadamente son frecuentes en Brasil; es claro que con ellos se busca desviar la atención de la población respecto a su contenido. En este episodio inédito, estos ataques son aún más graves puesto que estuvieron acompañados de amenazas a la integridad física de periodistas y desencadenaron abyectos insultos homófobos y xenófobos”, añadió.  

 

En Brasil, las estrategias de desinformación y los discursos públicos para desacreditar el trabajo de la prensa proliferan y fomentan un sentimiento de desconfianza hacia el periodismo. Esta desconfianza se materializa a menudo en discursos de odio, campañas de difamación, linchamientos virtuales, incluso en procesos judiciales abusivos, lo que favorece la autocensura. Desde que Jair Bolsonaro llegó a la presidencia, la prensa brasileña trabaja en clima cada vez más hostil al libre ejercicio del periodismo.

 

Los reportajes de The Intercept señalan la colaboración clandestina de Sergio Moro, ex juez y actual Ministro de Justicia, Deltan Dallagnol, el principal fiscal encargado del caso Lava Jato, y el equipo a cargo de esta investigación judicial.

 

Brasil perdió tres lugares en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2019 de RSF y ahora se encuentra en el lugar 105, entre 180 países.

 

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Updated on 18.06.2019