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En República Dominicana, la libertad de prensa y de expresión son reales y están garantizadas por la Constitución. Estos últimos años han sido testigos de un descenso de las agresiones verbales y físicas contra los periodistas.
Panorama mediático
A medida que la democracia dominicana va adquiriendo fuerza, el papel de los medios también se consolida y gana en influencia. El sector es diverso y dinámico, y los periodistas regularmente revelan escándalos que involucran a figuras que están o estuvieron en el poder, o en su entorno. La población tiene acceso a todos los medios de comunicación. Los principales periódicos tienen versiones impresas y digitales, mientras que la televisión y la radio transmiten programas diarios de noticias. Internet ha crecido hasta hacerse masivo, impulsando el alcance de los medios grandes y el nacimiento de medios más pequeños. Los periódicos de mayor circulación son Diario Libre y Listín Diario, siendo este último gratuito desde sus inicios.
Contexto político
Cada vez se identifica más a los periodistas por sus vínculos con partidos políticos. Al igual que otros países, los políticos presentan sus posiciones e ideas en la prensa. Las campañas de desinformación o ataque a los medios de comunicación son bastante ocasionales en República Dominicana y se realizan principalmente en las redes sociales. Estas campañas también funcionan para difundir información falsa sobre el país.
Marco legal
La Constitución dominicana garantiza la libertad de prensa, pero algunos artículos del código penal aún prevén penas de prisión para los periodistas condenados por difamación o calumnia. Recientemente, el Tribunal Constitucional (TCRD) ha declarado inconstitucional sancionar a los directores o propietarios de los medios de comunicación que autoricen la publicación de información redactada por un tercero (periodista o columnista). Se han presentado al Congreso Nacional (bicameral) varios proyectos de ley destinados a despenalizar los delitos de prensa. El ejecutivo ha creado una comisión de periodistas y abogados para estudiar las enmiendas a la Ley 6132 de expresión y difusión de pensamiento, que data de principios de los años 60.
Contexto económico
La televisión de pago e Internet han propiciado la aparición de decenas de programas y pequeños medios online. Las publicaciones más importantes y tradicionales han reforzado su contenido en línea y reducido su formato impreso. Debido a la crisis económica provocada por la pandemia, también han revisado a la baja su número de páginas. La publicidad, ya sea estatal o privada, juega un papel esencial en el desarrollo de los programas de la prensa. Si bien las campañas públicas siguen estando mayoritariamente orientadas a los grandes medios, también han hecho su aparición en los más modestos. Cada vez es más frecuente la incursión de políticos en programas de televisión y por Internet, creados por ellos mismos para difundir sus posiciones. Algunos, sin embargo, crean programas sobre otros temas para mantener su relevancia.
Contexto sociocultural
Aunque la sociedad dominicana considera positivo el papel de la prensa, cabe señalar que las principales cabeceras están en manos de un único y amplísimo consorcio privado, que se encuentra entre los más poderosos del país y que agrupa a empresarios vinculados al sector bancario y de la construcción. Entre estos medios privados destacan: Listín Diario, Hoy, El Nacional, El Día (gratuito), y las cadenas de televisión Telesistema, Teleantillas y Coral.
Seguridad
En República Dominicana, los periodistas trabajan en condiciones de seguridad satisfactorias. No obstante, el temor a ser objeto de escuchas por parte del gobierno o de ciertas grandes empresas se comparte ampliamente en el seno de la profesión. Una de las principales lacras del periodismo es la autocensura relacionada con los intereses de los propietarios de los medios de comunicación. Además, muchos periodistas compaginan su trabajo en ministerios y otras instituciones públicas con su labor en medios de comunicación privados, principalmente para eludir los bajos salarios de otros empleos. Los periodistas víctimas de amenazas directas han recibido protección estatal.