Reporteros sin Fronteras manifiesta toda su angustia desde que Al-Jazira emitiera, el 17 de enero de 2006, un vídeo en el que aparece la periodista norteamericana Jill Carroll en manos de sus secuestradores.
Reporteros sin Fronteras manifiesta toda su angustia desde que Al-Jazira emitiera, el 17 de enero de 2006, un vídeo en el que aparece la periodista norteamericana Jill Carroll en manos de sus secuestradores.
“Hacemos un llamamiento a la prensa de todo el mundo, y especialmente a la de los países árabes, para que se movilicen en favor de la periodista. No debemos contentarnos con dar la información. Los propios medios de comunicación tienen que pedir la liberación de Jill Carroll. También tienen que intervenir las asociaciones musulmanas que tienen la sede en Estados Unidos: su ayuda resulta preciosa. Es urgente dar testimonio de auténtica solidaridad con la periodista. Hay que actuar rápidamente, con la misma fuerza que en las anteriores tomas de rehenes. El hecho de que Jill Carroll tenga nacionalidad norteamericana no debe frenar la movilización en favor suyo”, ha declarado Reporteros sin Fronteras.
“Igualmente, recordamos a los secuestradores que Jill Carroll es una periodista que no ha hecho otra cosa que su trabajo, entre otras cosas describiendo las condiciones de vida de los iraquíes. Ella no es responsable de las decisiones del gobierno norteamericano”, ha añadido la organización.
El 17 de enero Al_Jazira emitió un vídeo mudo de 20 segundos, en el que se ve a la periodista norteamericana Jill Carroll, que parece hablar a la cámara. Las imágenes muestran solo la cara, el cuello y los hombros de la periodista, vestida con un jersey gris claro. Una fuente del canal de televisión qatarí declaró que los secuestradores de la periodista, que se presentan con el nombre de “Brigadas de la venganza” -un grupo desconocido hasta ahora- han amenazado con matarla si en 72 horas no quedan en libertad los presos en Irak.
La familia de Jill Carroll y el Christian Science Monitor, así como el Jordan Times, en los cuales ha colaborado, también han hecho un llamamiento por su liberación.
La periodista trabajaba para varios periódicos jordanos, italianos y norteamericanos, entre los que se encuentra el Christian Science Monitor. El 7 de enero, alrededor de las 10 de la mañana, tenía que entrevistarse con Adnane al-Doulaimi, dirigente político sunnita, cuando fue secuestrada por unos hombres armados, en el barrio de Adel, al oeste de Bagdad. En ellugar del secuestro apareció el cuerpo de su intérprete, Allan Enwiyah, asesinado a balazos.
Desde el comienzo de la guerra de Irak, en marzo de 2003, han muerto 77 periodistas y colaboradores de medios de comunicación (55 periodistas y 22 colaboradores). De los 77 muertos, 56 eran de nacionalidad iraquí (es decir, el 73%) y 4 de nacionalidad norteamericana (es decir, el 5%).
Jill Carroll es la profesional de los medios de comunicación que hace el número 35, de los secuestrados desde el comienzo de la guerra. A cinco de ellos les mataron sus secuestradores (cuatro iraquíes y el italiano Enzo Baldoni). Los otros quedaron en libertad, sanos y salvos. 23 de los secuestros tuvieron lugar en Bagdad, o en sus alrededores.
Jill Carroll es la séptima mujer periodista secuestrada en Irak.
A pesar de su nombre, el Christian Science Monitor no es un periódico religiosos. Es famoso por su cobertura de los asuntos internacionales, y la seriedad de las informaciones nacionales.