Reporteros sin Fronteras expresa su profunda aflicción por la muerte de Sergio Vieira de Mello

Reporteros sin Fronteras está horrorizada por el atentado que acaba de costar la vida a Sergio Vieira de Mello, y a otras catorce personas más que trabajaban en el cuartel general de Naciones Unidas en Bagdad. Este bárbaro acto ha afectado a un hombre que dedicó toda su vida a la defensa de los derechos humanos, en todo el mundo. No hay nada que pueda justificarlo, ni excusarlo. Sus autores deberán ser castigados.

Reporteros sin Fronteras está horrorizada por el atentado que acaba de costar la vida a Sergio Vieira de Mello, y a otras catorce personas más que trabajaban en el cuartel general de Naciones Unidas en Bagdad. Este bárbaro acto ha afectado a un hombre que dedicó toda su vida a la defensa de los derechos humanos, en todo el mundo. No hay nada que pueda justificarlo, ni excusarlo. Sus autores deberán ser castigados. En el momento en que el sistema de Naciones Unidas, destinado a proteger las libertades individuales, pone de manifiesto sus limitaciones y sus carencias, Sergio Vieira de Mello encarnaba una alternativa, finalmente creíble. En tan solo unos pocos meses había conseguido dar un nuevo impulso, una nueva dimensión, a la función del Alto Comisionado para los Derechos Humanos. No se andaba con rodeos -ni siquiera en relación con la burocracia onusiana- y trabajaba con total confianza con las organizaciones no gubernamentales. Reporteros sin Fronteras pudo medir su compromiso con la libertad de expresión cuando se posicionó públicamente contra la suspensión de la organización, de la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas. No dudó entonces en meterse con los Estados que así sancionaban a Reporteros sin Fronteras, cuando ellos mismos no respetan ninguna de las libertades que esa Comisión tiene que defender. La muerte de Sergio Vieira de Mello es una auténtica pérdida para las muy numerosas víctimas de exacciones, de violaciones de las libertades. Fue su portavoz, con una rara eficacia, como se vio en Timor Oriental. Fue también un preciado aliado para los defensores de los derechos humanos, que sabían que podían contar con ese abogado infatigable de su causa. Reporteros sin Fronteras expresa todo su dolor, y su profunda simpatía, a la familia y a las personas cercanas a Sergio Vieira de Mello.
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Updated on 20.01.2016