Reporteros sin Fronteras ha escrito al Ministro de Defensa israelí, Shaul Mofaz, para protestar contra una serie de violencias cometidas por el ejército israelí contra periodistas palestinos, entre los días 10 y 15 de junio de 2004, en la región de Naplusa. Al fotógrafo de Reuters Abed Qusini le amenazaron con detenerle.
Hoy, Reporteros sin Fronteras ha protestado ante el Ministro de Defensa israelí, Shaul Mofaz, por la serie de violencias cometidas por el ejército israelí contra periodistas palestinos, entre los días 10 y 15 de junio de 2004, en la región de Naplusa (norte de Cisjordania).
"Resultan inaceptables los métodos utilizados por el ejército israelí para limitar a los medios de comunicación internacionales, en su cobertura de los enfrentamientos que tiene con los palestinos, a causa de la construcción de la barrera de seguridad erigida por Israel", ha manifestado Reporteros sin Fronteras, que ha continuado: "La semana pasada, el ejército recurrió a intimidaciones, amenazas y gases lacrimógenos cuyos cartuchos, disparados directamente hacia los periodistas, hirieron a dos de ellos. Se constata que, en sus operaciones, el ejército israelí obstaculiza sistemáticamente el trabajo de los periodistas palestinos. Igualmente desprecia su seguridad, tomando precauciones insuficientes para evitar alcanzar a los civiles, cuya presencia en el lugar se hace sin embargo necesaria, para que puedan dar cuenta de la situación".
El 10 de junio, el fotógrafo palestino Alaa Badarneh, de la agencia EPA (Europe Press Agency) viajó al pueblo de Al-Zawyeh (a unos 30 kilómetros al sur de Naplusa), para cubrir las protestas de los habitantes palestinos contra la construcción del muro de seguridad. Según su testimonio, unos soldados dispersaron la manifestación a base de disparos de gases lacrimógenos. Un soldado que se encontraba a unos cuarenta metros tomó al periodista como blanco, disparándole un cartucho de gas directamente a las piernas. Alaa Badarneh fue evacuado en un vehículo privado y, después de atravesar varios controles israelíes, pudieron curarle en un hospital de Naplusa, donde quedó en observación durante un día. En el momento de los hechos era claramente identificable, ya que llevaba una chaqueta fluorescente marcada "PRENSA".
El 13 de junio, Jaafar Ishtayeh, fotógrafo palestino de la Agencia France-Presse (AFP), resultó levemente herido en el pueblo de Al-Zawiyeh, al ser alcanzado en la espalda por un cartucho de gas lacrimógeno. El periodista estuvo hospitalizado durante poco tiempo y no pudo reanudar su trabajo hasta después de pasar unos días en reposo.
El 14 de junio, Nasser Ishtayeh, fotógrafo de la agencia Associated Press (AP), también viajó a Al-Zawyeh, donde continuaban las manifestaciones de los habitantes del pueblo. Cuando llegó al lugar, después de tener que esperar durante más de una hora en un control militar, fue amenazado por unos soldados. Según su testimonio, uno de ellos le habría dicho: "No te fíes, ya hemos herido a dos de tus amigos. Más te vale tener cuidado, si no quieres ser el tercero".
Siempre en Al-Zawyeh, y el mismo día, Abed Qusini, fotógrafo de la agencia británica Reuters, fue víctima de un intento de detención. Según su testimonio se encontraba con un grupo de periodistas palestinos a punto de tomar unas fotos cuando un soldado le ordenó que se parara, pretextando que el lugar había sido declarado "zona militar cerrada". Abed Qusini, que lee correctamente hebreo, pidió ver la orden por escrito y fotografiarla, para poder presentar a Reuters la prueba de que los fotógrafos tenían prohibido estar en la zona.
Primero un soldado, y luego otro, le agarraron fuertemente por los puños, e intentaron quitarle el material. El periodista se debatió e intentó utilizar su teléfono móvil, para pedir ayuda. Entonces un oficial ordenó que le detuvieran. Unos soldados le ataron por una mano al vehículo, con esposas de plástico. Quince minutos más tarde le dejaron en libertad, amenazando con detenerle de nuevo si no desaparecía inmediatamente.
Al día siguiente, 15 de junio de 2004, Abed Qusini trabajaba en Naplusa. Cubría una incursión del ejército israelí en la ciudad, y las operaciones de unos soldados en torno a un inmueble. Una decena de periodistas estaba presente en el lugar. Los soldados se dirigieron a ellos con altavoces, profiriendo insultos y amenazando con destruirles el material, si no se marchaban. Abed Qusini protestó y pidió ver la orden que decretaba el lugar como "zona militar cerrada". Un oficial se puso nervioso y pidió que le detuvieran. Al fotógrafo le subieron a la fuerza a un jeep israelí y le arrancaron la chaqueta, para vendarle los ojos con ella. Sus colegas consiguieron que le liberaran, a condición de que todos abandonaran inmediatamente el lugar.
En un anterior correo, dirigido al Ministro de Defensa israelí Shaul Mofaz, Reporteros sin Fronteras había pedido que se efectuara una investigación "honesta y seria", para aclarar las circunstancias en que, el 5 de mayo de 2004, resultó herido en la franja de Gaza Mahmoud Hams, de 25 años, fotógrafo de la Agencia Frances-Presse. Al día de hoy la organización no ha recibido ninguna respuesta.