Reporteros sin Fronteras condena la evacuación de los periodistas de la ciudad de Nayaf que, el 15 de agosto, efectuaron las fuerzas de la policía iraquí, poco antes del inicio de una ofensiva militar norteamericana. "Es indispensable la presencia de periodistas en el lugar, porque siempre se cometen las peores atrocidades en ausencia de testigos. Los reporteros deben ser los únicos en decidir si se marchan por razones de seguridad", ha declarado la organización.
Reporteros sin Fronteras condena con firmeza la evacuación que las fuerzas de policía iraquíes han hecho de los periodistas de la ciudad de Nayaf.
"Denunciamos la imposición de un black-out informativo totalmente inadmisible. Se trata de una decisión sin precedentes en Irak", ha declarado la organización. "Cuando las autoridades acababan de anunciar una "gran ofensiva" sobre la ciudad santa chiíta, la policía comenzó a proceder a la evacuación de los periodistas iraquíes y extranjeros presentes en el lugar, invocando su seguridad. A los recalcitrantes les amenazaron con detenerles", ha precisado Reporteros sin Fronteras.
La organización pide al gobierno iraquí que reconsidere inmediatamente su decisión.
"Es indispensable la presencia de periodistas en el lugar, porque siempre se cometen las peores atrocidades en ausencia de testigos. Los reporteros deben ser los únicos en decidir si se marchan por razones de seguridad", ha precisado Robert Ménard, secretario general de la organización.
El 15 de agosto de 2004, a las 10 de la mañana hora local (6 horas GMT), el jefe de policía de Nayaf anunció que el Ministerio del Interior iraquí había dado la orden de que los periodistas iraquíes y extranjeros abandonaran la ciudad santa chiíta, en el plazo de dos horas. "Hay personas que quieren atentar contra su vida", explicó según la Agencia France-Presse (AFP).
Un periodista de esta agencia cuenta que, en las primeras horas de la tarde, se presentó un oficial superior en el hotel en que se alojan varios periodistas, y declaró: "Les damos la orden de salir inmediatamente de la ciudad, y si no considérense detenidos. Ahora la ciudad se encuentra cerrada". En aquel momento, varios de ellos decidieron abandonar la ciudad, ha constatado la agencia de prensa norteamericana Associated Press (AP), quien subraya que durante la ofensiva solo se encontrarán en el lugar los periodistas empotrados en el ejército norteamericano.
Mohammad Kazem, periodista iraquí que trabaja para la televisión iraní en árabe Al-Alam, fue detenido cuando intervenía en directo en la cadena, desde los tejados de la ciudad, según ha afirmado la AFP desde Teherán.