Por tercer año consecutivo, a Al-Jazira le han prohibido cubrir la peregrinación a La Meca. Reporteros sin Fronteras recuerda que, desde el comienzo del año 2004, el canal viene siendo vivamente criticado por Arabia Saudí y Estados Unidos, y que ha sido objeto de censura en Irak, Argelia, Irán, Túnez y Canadá. La organización denuncia el acoso que padece el canal qatarí.
El 25 de enero de 2005 Al-Jazira anunció que, por tercer año consecutivo, las autoridades saudíes no han autorizado al canal a cubrir la peregrinación a La Meca. Reporteros sin Fronteras recuerda que, desde el comienzo del año 2004, Al-Jazira viene siendo severamente criticada por Arabia Saudí y Estados Unidos, y que ha sido objeto de censura en Argelia, Irán, Túnez y Canadá. Por otra parte, desde el 7 de agosto de 2004, se encuentra cerrada la oficina de Al-Jazira en Bagdad, por decisión del gobierno interino iraquí. Las emisiones del canal, creado en noviembre de 1996 en Qatar, irritan a determinados dirigentes porque dan la palabra a sus opositores, así como a los telespectadores, y abordan temas políticos y sociales considerados como tabúes.
Reporteros sin Fronteras denuncia con firmeza el acoso que está padeciendo el canal. "Lamentamos vivamente que algunos gobiernos no duden en censurar a Al-Jazira, el primer canal informativo árabe, con el fin de preservar sus intereses políticos y diplomáticos. Estos métodos ponen de manifiesto la intolerancia con la crítica", ha declarado la organización.
Reporteros sin Fronteras pide al gobierno interino iraquí que anule lo antes posible su decisión de prohibir operar en Irak al canal por satélite, y permita la reapertura de sus oficinas en Bagdad.
La organización pide también a las autoridades norteamericanas que expliquen los motivos de la detención en Guantánamo del camarógrafo de Al-Jazira Sami Al-Haj, o que procedan a dejarle en libertad inmediatamente.
Desde 2003, las autoridades saudíes prohíben que Al-Jazira pueda cubrir la peregrinación a La Meca, negándole las acreditaciones para ello. El presentador M'hamed Krichen, contactado por teléfono por Reporteros sin Fronteras, ha explicado que las autoridades saudíes no establecen ninguna diferencia entre Al-Jazira y el gobierno qatarí. La crisis diplomática entre ambos países ha tenido como consecuencia la congelación de las actividades del canal en Arabia Saudí. CNN y BBC están presentes en el Reino, y para las autoridades resultan menos molestas porque su audiencia arabófona es menos importante que la de Al-Jazira, que hoy cuenta entre 35 y 40 millones de telespectadores diarios, en el mundo.
En Argelia, las actividades de Al-Jazira se encuentra bloqueadas desde junio de 2004. Por primera vez en diez años, en Argelia está prohibido un canal extranjero. Las autoridades tomaron la decisión con la excusa de reorganizar el trabajo de los corresponsales de la prensa extranjera, pero la medida solo tuvo incidencia en el canal qatarí.
Según fuentes coincidentes, esta medida sería consecuencia de la difusión de un debate sobre Argelia en el programa "El-Itidjah el-Mouakass". En el programa, se dio la palabra a los opositores, que criticaron sin contemplaciones a los generales argelinos, así como la política de reconciliación nacional del presidente Abdelaziz Buteflika. También se hizo público un sondeo, realizado por el canal, según el cual el 72% de los telespectadores estimaban que la situación no había mejorado en Argelia. Ahora, los periodistas de Al-Jazira reciben acreditaciones únicamente para cubrir grandes eventos internacionales. El canal volvió a solicitar su acreditación, aunque sin ningún éxito.
Irán ha amenazado varias veces con sancionar a la oficina de Al-Jazira en el país. En noviembre de 2004, Teherán amenazó al canal con sanciones si no retiraba de su sitio de Internet una caricatura, considerada insultante. El director para los medios de comunicación extranjeros del Ministerio de Cultura y Orietación Islámica, Mohammad Hossein Khoshvaght, declaró: Si no desaparece esa animación, y si continúan las mismas derivas, el Ministerio de Cultura y Orientación Islámica se verá en la obligación de adoptar las medidas que se imponen, y entre otras cosas de estudiar la necesidad de restringir las actividades del canal en Irán".
Poco tiempo después, el canal fue amenazado otra vez de expulsión, por haber hablado de "Golfo Arábigo", en lugar de Golfo "Pérsico".
En Túnez, Las autoridades no permitieron la apertura de una oficina del canal, ni concedieron acreditación a sus corresponsales. Al-Jazira intentó conseguir una, para cubrir las elecciones presidenciales de octubre de 2004, pero las autoridades declararon que solo accederían a la demanda si ellas mismas podían elegir a los corresponsales del canal.
En enero de 2004, a Al-Jazira le prohibieron cubrir las actividades del gobierno de Irak durante un mes, tras un programa considerado "provocador", en el que uno de los participantes lanzó acusaciones contra algunos responsables políticos. Por otra parte, la oficina de Al-Jazira en Bagdad se encuentra cerrada desde el 7 de agosto de 2004, para "proteger al pueblo de Irak", según la decisión oficial. En efecto, el gobierno interino iraquí acusó al canal de "incitación al odio y a las tensiones raciales". En noviembre de 2004, el Ministro de Defensa iraquí, Hazem Chaalane, atacó fuertemente a Al-Jazira, calificándolo de "canal del terrorismo". "Que Dios maldiga a todos los que han aterrorizado a los ciudadanos iraquíes y a los niños de Irak, ya sean periodistas u otros. Llegará el día en que nosotros atacaremos a Al-Jazira, de otra forma que con palabras", amenazó Chaalane.
En abril de 2004, Estados Unidos acusó igualmente al canal de atizar los sentimientos anti-norteamericanos, en su cobertura de los acontecimientos en Irak. Jihad Balluf, portavoz de Al-Jazira, contactado por Reporteros sin Fronteras, declaró que la línea editorial del canal no va a verse influida por todos estos atentados. "Somos simples observadores, y no actores. No hacemos juicios políticos e intentamos dar una cobertura equilibrada del conflicto. Damos la palabra tanto al pueblo iraquí y a los insurgentes, como a las fuerzas norteamericanas", añadió.
Desde el año 2002, un camarógrafo de Al-Jazira, Sami Al-Haj, de nacionalidad sudanesa, se encuentra detenidos por las fuerzas norteamericanas, en la base militar de Guantánamo (Cuba). Su mujer no sabe nada de él, desde hace año y medio. Todavía no se conocen los motivos de su detención.
Finalmente en Canadá, en julio de 2004 quedó sometida a varias condiciones la autorización de distribuir Al-Jazira. El Consejo Canadiense de Radiodifusión y Telecomunicaciones (CRTC) decidió que los distribuidores del canal qatarí tenían que vigilar su programación, durante las 24 horas del día. Por otra parte, el CRTC autorizó a los operadores a "modificar o suprimir la programación de Al-Jazira (...) para evitar la distribución de manifestaciones ofensivas".