PERIODISTAS SECUESTRADOS


1-En cifras

54
periodistas secuestrados hasta la fecha
+4% comparado con las cifras de 2016


44 son periodistas profesionales

7 son periodistas-ciudadanos

3 son colaboradores de medios de comunicaon


Periodista secuestrado: RSF considera que un periodista se encuentra secuestrado cuando está en manos de un grupo armado o criminal (que no pertenece al Estado) que amenaza con matarlo, herirlo o seguir reteniéndolo para ejercer presión sobre el gobierno de un país, una organización o un grupo de personas, a fin de obligarlos a que realicen una acción determinada. La toma de rehenes puede tener un móvil político y/o económico, si los secuestradores piden que se pague un rescate.


Actualmente en el mundo 54 periodistas están secuestrados; el año pasado en la misma fecha eran 52, lo que representa una alza de 4%. Aunque el número de periodistas extranjeros tomados como rehenes aumentó ligeramente en 2017 (+14%), más de tres cuartas partes de los reporteros secuestrados siguen siendo periodistas locales, que a menudo trabajan por su cuenta en condiciones precarias, expuestos a grandes peligros. En 2017 los periodistas-ciudadanos también pagaron caro su labor: actualmente siete de ellos se encuentran en manos de grupos armados, mientras que el año anterior eran cuatro. Una cifra que confirma la creciente participación de los periodistas-ciudadanos en la producción de información, en particular en zonas de conflicto que se han vuelto inaccesibles para los periodistas profesionales.


Concentración en cuatro países





Las zonas de fractura en Oriente Próximo siguen siendo las regiones más peligrosas para los periodistas. Yemen se estancó en un conflicto en el que una de las fuerzas beligerantes, los Hutíes, no tolera ninguna crítica y continúa reteniendo a 11 periodistas y colaboradores de medios de comunicación; el año pasado eran 16. Otro periodista está secuestrado en Yemen por el grupo Al Qaeda. Paralelamente, en Siria y en Irak 40 periodistas siguen en manos de Daesh o de gruposislamistas radicales como Frente Al Nusra.


No sólo en Oriente Próximo, también en Ucrania hay periodistas secuestrados. Las fuerzas separatistas tratan a los últimos periodistas críticos como a «espías». Actualmente dos reporteros están retenidos en las «repúblicas» autoproclamadas en Donbass. Sin embargo, el conflicto está lejos de los niveles que alcanzó en 2014, año en que fueron secuestrados más de 30 periodistas. En esta zona ya casi no hay periodistas críticos ni extranjeros; este hecho, aunado al congelamiento de la línea de frente y a una menor intensidad de los combates, ha contribuido a que disminuyan los secuestros en la región.

Los principales secuestradores



Para los grupos armados, los secuestros siguen siendo un negocio jugoso y práctico por múltiples razones: les permiten que reine el terror, someter a los observadores potenciales y, al mismo tiempo, financiar su guerra gracias a los rescates. No obstante, el alza en el número de secuestros registrados en Siria e Irak observada este año se debe principalmente a que se tomaron en cuenta casos antiguos que aún no habían sido contabilizados, ya sea porque se estaba verificando la información o para respetar la petición de sus familias de que el caso no se hiciera público.


Globalmente la situación no ha cambiado mucho. A pesar de los reveses militares que sufrió el Estado Islámico en 2017, de la pérdida de sus principales bastiones en ambas partes de la frontera siria-iraquí, aún no han mejorado las condiciones de seguridad de los periodistas. Así, a inicios del año fue secuestrado el fotorreportero sudafricano Shiraaz Mohamed (ver más adelante «Siria, fábrica de rehenes extranjeros»).


Por otra parte, nuestra organización sigue sin tener noticias de los periodistas retenidos en las ciudades de Mosul y Raqqa, que recientemente fueron liberadas del control del Estado Islámico, por una coalición internacional conformada por fuerzas iraquíes y milicias
árabo-kurdas, apoyadas por Estados Unidos. En la primavera de 2017 se crearon “zonas de desescalada” a fin de acabar con la violencia en diversas regiones sirias, pero esto no ha producido mejoras visibles en lo que respecta a los secuestros. La familia de Samar Saleh, activista y periodista-ciudadana, y la de su novio Mohamed al-Omar, periodista freelance que colaboraba con Orient TV –canal sirio de oposición–, aún no tienen noticias de ellos. La pareja fue secuestrada el 9 de agosto de 2013, en plena calle, cuando filmaba la reconstrucción de la ciudad de Al Atarib, en la región de Alepo, ubicada en una de las zonas donde las fuerzas beligerantes deben observar un alto al fuego.


2 -Silencio informativo

Al menos 22 periodistas sirios y 11 periodistas iraquíes están secuestrados en sus respectivos países. Es difícil calcular el número exacto de periodistas locales que han sido tomados como rehenes porque las familias y los allegados de los periodistas a veces prefieren no dar a conocer su desaparición por miedo a afectar las negociaciones o a que se prolongue su cautiverio. Con frecuencia los mismos secuestradores los obligan a guardar silencio. Este silencio informativo puede prolongarse años. Fue el caso del reconocido fotorreportero iraquí Kamaran Najm; hubo que esperar más de tres años para que se diera a conocer que había sido secuestrado.


Kamaran Najm fue herido y secuestrado el 12 de junio de 2014 por el Estado Islámico cuando cubría los enfrentamientos entre Peshmergas (combatientes kurdos) y el Estado Islámico en la región de Kirkuk. Kamaran Najm colaboraba con prestigiosos medios de comunicación internacionales como Der Spiegel, Times of London, Vanity Fair, The Washington Post y NPR; asimismo, fundó la primera agencia fotográfica iraquí, Metrography. Al día siguiente de que fue secuestrado, sus raptores le permitieron llamar a un miembro de su familia para que confirmara que había sido tomado como rehén y para precisar que, si los medios de comunicación difundían lo sucedido podría ponerse en peligro al periodista. Su familia y sus allegados guardaron silencio durante tres años; como los secuestradores no volvieron a contactarlos, decidieron poner fin al silencio informativo.


3-Siria, fábrica de rehenes extranjeros

Hasta la fecha tenemos conocimiento de que siete periodistas extranjeros siguen secuestrados en Siria; tres de ellos desde hace más de cinco años. Austin Tice, periodista estadounidense que colaboraba con The Washington Post y Al Jazeera English, y Bachar al- Kadumi, periodista palestino-jordano de la cadena Al-Hurra, desaparecieron en agosto de 2012; el primero en las afueras de Damasco, el segundo en Alepo. Según la información con que contamos, Austin Tice no se encuentra en manos de un grupo islamista.


En noviembre de 2012 fueron secuestrados el reportero británico John Cantlie y el estadounidense James Foley, quien fue asesinado por el Estado Islámico el 19 de agosto de 2014. John Cantlie ya no es un rehén como los otros, pues sus raptores lo utilizan como portavoz de su propaganda mediática. El periodista británico aparece ocasionalmente en videos en los que se alaba al Estado Islámico, en los que se ve cada vez más delgado y demacrado. Su última aparición, en las calles de Mosul, se remonta a diciembre de 2016.


Como sucede con los periodistas locales, se sabe muy poco de la suerte de los reporteros extranjeros secuestrados. En ocasiones incluso es difícil conocer la identidad de los raptores. Un equipo de Sky News Arabia que realizaba un reportaje en Alepo, integrado por el periodista mauritano Ishak Moctar y el camarógrafo libanés Samir Kassab, desapareció en octubre de 2013. Seis meses después el diario libanés Al Joumhouria aseguró que los reporteros estaban vivos y que se los habían llevado a la provincia de Raqqa, pero no dio más precisiones. Desde entonces no se sabe nada de ellos.

Un periodista japonés freelance, Jumpei Yasuda, también está secuestrado desde el verano de 2015. Hasta la fecha, la única prueba de que sigue con vida es un video grabado en marzo de 2016, el día en que cumplió 42 años, en el que no revelaba nada sobre sus raptores.

Una gran incertidumbre también rodea el secuestro de Shiraaz Mohamed, fotorreportero sudafricano independiente que colaboraba con la ONG Fondation Gift of the Givers y que desapareció a inicios de 2017. Fue secuestrado junto con dos empleados de esta ONG, por individuos que dijeron ser “representantes de todos los grupos armados en Siria» que pretendían “arreglar un malentendido”. Los empleados de la ONG fueron liberados, el reportero no; tanto su familia como la ONG aún esperan pruebas de que esté vivo.



"Periodistas asesinados"

"Periodistas detenidos"

"Periodistas desaparecidos"

"Acciones y recomendaciones de RSF"

Resumen

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