Mark Zuckerberg compromete a Meta en una huida hacia adelante contra el periodismo
En un comunicado de tan sólo cinco minutos, Mark Zuckerberg dejó constancia del sometimiento de su imperio a la futura administración de Donald Trump en un proceso de "muskificación" radical en las políticas de sus plataformas. En esta nueva Meta, libre de fact-checkers, el periodismo se presenta como el enemigo de la libertad de expresión. Reporteros Sin Fronteras (RSF) se muestra alarmada por esta política recrudecida contra el derecho a la información.
Fuera el periodismo. En un vídeo publicado en Facebook el 7 de enero de 2025, Mark Zuckerberg, CEO del grupo Meta, anunció la nueva política de su empresa en materia de información y debate político. El multimillonario quiere "deshacerse de los fact-checkers", a los que acusa de haber contribuido a erosionar la confianza en Internet en lugar de renovarla, y sustituirlos por un sistema derivado de las “Notas de la Comunidad” de X, que dejará en manos de los usuarios la comprobación de la fiabilidad de la información por sí mismos. A este anuncio, sorprendente dado el ímpetu con el que Meta ha defendido el fact-checking como medio para combatir la desinformación en sus plataformas, le siguen otras innovaciones estratégicas que trazan una línea clara. El objetivo de esta nueva política es evidente: jurar lealtad a Donald Trump "muskificando" a toda velocidad sus plataformas, que, según sus cifras, utilizan más de tres mil millones de usuarios cada día.
Para ello, Mark Zuckerberg recurre a los temas predilectos del CEO de X, acusando a los medios de comunicación tradicionales de haber "presionado para que haya cada vez más censura". Para RSF, esta nueva política, que en un principio sólo se aplicará en Estados Unidos, forma parte de una estrategia global para marginar al periodismo y a quienes se dedican a él, en nombre de una libertad de expresión que ha sido secuestrada para servir a intereses ideológicos.
"Mark Zuckerberg está siguiendo los pasos de Elon Musk en X y prometiendo su lealtad a la ideología de Donald Trump, enterrando el periodismo en favor de una concepción absolutista de la libertad de expresión. Esta "muskificación»"de las plataformas del grupo Meta obedece a una estrategia política: los intereses de los actores privados priman sobre la necesidad de un debate público basada en hechos. Sin embargo, promover la verdad no es censura, y la regulación democrática no es un obstáculo ilegítimo. Mark Zuckerberg dice que "ha ido demasiado lejos": ahora está dando marcha atrás a toda velocidad.
Este anuncio forma parte de una serie de decisiones tomadas por Meta que demuestran un claro alejamiento del periodismo. En 2023, el grupo ya había suprimido Facebook News en varios países y elegido prohibir los medios de comunicación en Canadá como represalia por la votación del proyecto de ley C-18, que le obliga a pagarles. Los cambios en los algoritmos también habían restringido el tráfico a los sitios de medios presentes en Facebook.
Con su ataque al fact-checking, que había convertido en uno de los símbolos de su lucha contra la desinformación, Meta acentúa su lógica de desvinculación del derecho de acceso a una información fiable y refuerza su modelo basado en la viralidad, con el riesgo de amplificar el discurso del odio, la manipulación y la información falsa.