Desde el 8 de noviembre, fecha de la apertura de la primera fase de las elecciones legislativas en Egipto, más de medio centenar de profesionales de los medios de comunicación han visto obstaculizado su trabajo, y no han podido cubrir correctamente las operaciones de voto. Una gran parte de ellos han sido incluso maltratdos por las fuerzas del orden, candidatos o simples ciudadanos. Reporteros sin Fronteras denuncia la campaña de persecución a los periodistas, puesta en marcha por las autoridades egipcias.
Desde el 8 de noviembre, fecha de la apertura de la primera fase de las elecciones legislativas en Egipto, más de medio centenar de profesionales de los medios de comunicación han visto obstaculizado su trabajo, y no han podido cubrir correctamente las operaciones de voto. Una gran parte de ellos han sido incluso maltratdos por las fuerzas del orden, candidatos o simples ciudadanos. Reporteros sin Fronteras denuncia la campaña de persecución a los periodistas, puesta en marcha por las autoridades egipcias.
“Resulta completamente inaceptable que tantos periodistas y técnicos se hayan visto acosados, intimidades e incluso golpeados, simplemente porque hacían su trabajo tomando fotografías o grabando imágenes que ponían de manifiesto las irregularidades de las votaciones”, ha declarado la organización.
“Prohibiendo a algunos periodistas grabar en los colegios electorales, las autoridades egipcias le han impedido a sabiendas cumplir con su misión informativa. Encontramos inadmisible esa actitud y pedimos que se sancione a los autores de las agresiones”, ha añadido Reporteros sin Fronteras.
El 7 de diciembre, tercera y última fase de las elecciones, fue particularmente violento. A más de quince profesionales de los medios de comunicación se les impidió hacer su trabajo. Los periodistas del canal Al-Jazira, así como los del diario independiente Al-Masry Al-Youm, fueron los más afectados.
Unos agentes de la Seguridad del Estado impidieron grabar en el interior de un colegio electoral del distrito de Bandar-Domyat (a 191 km al norte de El Cairo), a la periodista Leena El-Ghabdan, que cubría las elecciones por cuenta de Al-Jazira, y a su equipo, formado por el camarógrafo Mohamed Ezz, el técnico de sonido Mohamed Galal y el chófer Medhat Sayed Abdou. Al noreste de la capital, en el distrito de Al-A'arish, le ocurrió lo mismo a otro reportero de Al-Jazira, Mohamed Yousef. Otro equipo del canal también fue acosado en la provincia de El Sharqiya ( a 83 km. al este de El Cairo). Al periodista Sameer Omar, al camarógrafo Yasser Sulaiman y a su ayudante Ahmed Shaqi, les pidieron que se marcharan inmediatamente del lugar, o les rociarían con ácido nítrico.
Tampoco respetaron a los empleados del diario independiente Al-Masry Al-Youm. En la provincia de Domita las fuerzas de policía detuvieron durante tres horas al fotógrafo Mohamed Ma'arouf. A uno de sus colegas, Mohamed El-Sa'eed, le arrojaron gas lacrimógeno y le retuvieron durante dos horas en un edificio gubernamental, situado en el distrito de Balteem (a 200 km. al norte de El Cairo). Otro fotógrafo, Hossam Fadl, consiguió escapar por poco a las rociadas de gas lacrimógeno en el distrito de El Mansoura (cerca de la capital). Cuando regresó a su coche descubrió que le habían pinchado las cuatro ruedas. En la misma región, el fotógrafo Ahmed El-Masry fue atacado y golpeado por algunos miembros del consejo municipal de El Mansoura. En la provincia de El-Sharqiya, unos individuos que amenazaban con prenderle fuego si no abandonaba inmediatamente el lugar, rociaron con gasolina al fotógrafo Ahmed Shaker. Finalmente, unos lugareños pegaron severamente a los miembros de un equipo de Al-Masry Al-Youm, en Shatoura (a 490 km. al sur de la capital), porque confundieron a los periodistas Abdel-A'al Tala'at y Gamal Osman, así como al fotógrafo Abdel-Fattah Abbas y a su chófer, con agentes de inteligencia vestidos de civil.
Finalmente, Amre Nabil, fotógrafo de la agencia de prensa norteamericana Associated Press, recibió una pedrada en la oreja cuando cubría las elecciones en la provincia de El-Sharqiya. Tuvo que ser hospitalizado.