El 3 de agosto de 2005, fecha de la investidura del presidente iraní Mahmoud Ahmadinejad, algunos militantes de Reporteros sin Fronteras se manifestaron y distribuyeron panfletos delante de Iran Air en Paris, para protestar contra el encarcelamiento del periodista iraní Akbar Ganji, en huelga de hambre desde hace 53 días. Entre otras cosas, los militantes de la organización pegaron carteles con la efigie del periodista en las vitrinas de la compañía aérea.
El 3 de agosto de 2005, fecha de la investidura del presidente iraní Mahmoud Ahmadinejad, algunos militantes de Reporteros sin Fronteras se manifestaron y distribuyeron panfletos delante de Iran Air en Paris, para protestar contra el encarcelamiento del periodista iraní Akbar Ganji, en huelga de hambre desde hace 53 días. Entre otras cosas, los militantes de la organización pegaron carteles con la efigie del periodista en las vitrinas de la compañía aérea.
"Estamos todos movilizados para protestar por el encarcelamiento del periodista Akbar Ganji. Las autoridades iraníes se niegan a ponerle en libertad mientras él inicia su 53 día de huelga de hambre. Nos manifestamos delante de Iran Air para expresar nuestra indignación ante tanto desprecio por la vida humana. Es absolutamente escandaloso que dejen morir a Akbar Ganji, para castigarle por haber manifestado su opinión », ha declarado Reporteros sin Fronteras.
En el momento en que la esposa de Akbar Ganji inicia una sentada ante la oficina de Naciones Unidas en Teherán, Reporteros sin Fronteras hace un llamamiento a la movilización de los periodistas, y de la comunidad internacional, para presionar al nuevo presidente iraní.
Akbar Ganji pesa 52 kilos. Pasa inconsciente la mayor parte del día. Desde el 11 de junio de 2005, el periodista se niega a alimentarse, en señal de protesta por el encarcelamiento y sus condiciones de detención.
El fiscal general de Teherán, Saïd Mortazavi, presente en el hospital, acusó de nuevo a la esposa del periodista de querer « matar a su marido ».
Reporteros sin Fronteras está indignada por la actitud y las insultantes manifestaciones de Saïd Mortazavi. La lenta agonía de Akbar Ganji es la dramática consecuencia del odio que sienten las autoridades hacia este periodista, reputado por sus investigaciones y su combate por la libertad de expresión en Irán.
A pesar de que el 17 de julio le trasladaron al hospital Milad, al norte de Teherán, su estado de salud no ha mejorado, ni siquiera con las transfusiones forzosas que se le han realizado.
Shirin Ebadi, Premio Nobel de la Paz 2003 y abogada de Akbar Ganji, ha declarado también a la Agencia France-Presse (AFP) « tener gran preocupación en cuanto al estado de salud del periodista ». Todavía no ha conseguido autorización para visitar a su cliente.