"Cuando hoy se cierra la campaña oficial para las elecciones presidenciales en Túnez resulta desesperante constatar que una vez más los periodistas tunecinos carecen de la libertad de informar", ha manifestado Reporteros sin Fronteras. Durante toda la campaña, los cerca de 4,6 miliones de electores tunecinos llamados a participar en las elecciones presidenciales del 24 de octubre, se han visto privados de una información independiente en los medios de comunicación nacionales.
"Todas las mañanas encuentro en mi despacho todos los periódicos. Los ojeo todos. Sin embargo, me basta leer uno para no necesitar leer los demás: las mismas fotos, los mismos artículos, las mismas informaciones. Francamente, os diría que prácticamente no encuentro nada que leer".
¿Quién pronunció este discurso el 3 de mayo de 2000, con ocasión del Día Internacional de la Libertad de Prensa, antes de dirigirse a los periodistas en los siguientes términos?:
"Escribid. Al menos eso nos permitirá tener algo que leer. Y si os importunan, si os ponen zancadillas, avisadme, actuaré en consecuencia. Pero por favor no continuéis escondiéndoos tras el reflejo del miedo y la autocensura"
Ese alto responsable no era otro que el presidente tunecino Zine El Abidine Ben Alí en persona.
"Cuando hoy se cierra la campaña oficial para las elecciones presidenciales en Túnez resulta desesperante constatar que una vez más los periodistas tunecinos carecen de la libertad de informar", ha manifestado Reporteros sin Fronteras. "Estrechamente enmarcados y vigilados por las autoridades, apenas disponen de margen de maniobra para contar a sus conciudadanos la vida política, objetiva y serenamente. Como deploraba de forma espectacular el presidente Ben Alí, en Túnez existe una multitud de cabeceras, en árabe y en francés, pero la información es uniforme. La radio y la televisión están reservadas para la diversión. ¡Sobre todo, nada de política!".
Durante toda la campaña, los cerca de 4,6 millones de electores tunecinos llamados a participar en las elecciones presidenciales del 24 de octubre, se han visto privados de una información independiente en los medios de comunicación nacionales. Solo se les ha ofrecido una información mutilada, monocorde y pomposa. En esas condiciones parece totalmente ilusorio e imposible organizar unas elecciones "libres y trasparentes", como prometió Ben Alí.
Una capa de plomo pesa sobre los medios de comunicación tunecinos: el código de prensa establece graves multas y condenas de cárcel para cualquier autor de un artículo, o de unas declaraciones, un poco demasiado críticos. Enfrentados a un aparato represivo rodado desde hace mucho tiempo, los periodistas tunecinos han hecho de la autocensura su segunda naturaleza.
"Desgraciadamente no oteamos ningún signo esperanzador", ha añadido la organización. "El anuncio, a finales de 2003, de la apertura del audiovisual tunecino al sector privado solo ha dado lugar a una nueva radio musical. Esta liberalización no engaña a nadie porque desde el inicio ya estaba decidido que solo los allegados al presidente tunecino disfrutarían de autorizaciones para poner en marcha radios y televisiones privadas. En espera de los hechos, las declaraciones del presidente Ben Alí en favor de la libertad de prensa no son más que ilusiones, destinadas a satisfacer a la comunidad internacional. Además, hacen un doble daño a la prensa tunecina: no solamente los periodistas saben que no pueden conceder ningún crédito a esos discursos tranquilizantes, sino que además se ven obligados a dar cuenta de ellos en sus medios".
En el poder desde hace 17 años, Ben Alí, es candidato a sucederse a sí mismo en un nuevo mandato de cinco años, que se ha hecho posible gracias a una enmienda de la Constitución. Las elecciones presidenciales, a las que concurren también otros tres candidatos, tendrán lugar el 24 de octubre, al mismo tiempo que las elecciones legislativas.
Un florilegio edifiante
Unos pocos ejemplos son suficientes para mostrar que, en Túnez, "prensa privada" no significa "prensa independiente". El 8 de octubre de 2004, antes del comienzo oficial de la campaña, podía leerse en La Presse, primer diario tunecino en lengua francesa que tira 45.000 ejemplares:
"Sin embargo, el 24 de octubre no se tratará solo de éxitos económicos y logros sociales, incluso aunque el balance sea suficiente, por sí solo, para justificar el gesto agradecido e inteligente de un electorado advertido".
Desde el 8 de octubre, antes del inicio de la campaña, algunos funcionarios se han dedicado a incensar en la prensa al presidente Ben Alí, como hizo la señora Habiba Merji-Cheikh, que se presentaba como "periodista" y "directora general de comunicación e información del Ministerio de Asuntos de la Mujer, la Familia y la Infancia":
"En el siglo de las masas globalizadas, de la jungla del mercado, de la revolución tecnológica, de los terrorismos y del nuevo orden mundial indeciso, los tunecinos, que han medido los avances registrados por su país bajo la dirección del presidente Ben Alí, desvelan con naturalidad su intención de decir con conocimiento de causa, y casi unánimemente: Sí"
Esta alta responsable ministerial se entusiasma públicamente con su candidato, presidente saliente. Sin embargo, diez días después, se extasía con la "neutralidad de la administración" y el buen desarrollo de la campaña:
"Túnez continúa viviendo al ritmo de la campaña para las elecciones presidenciales y legislativas del 24 de octubre, campaña que se está desarrollando en un ambiente de fiesta, sana emulación entre candidatos y neutralidad de la administración".
El 18 de octubre, La Presse, que se distribuye gratuitamente a la función pública, no hacía ningún misterio de su candidato favorito:
"El dinamismo que ha conocido nuestro país desde el Cambio (ndlr: 7 de noviembre de 1987, fecha de la destitución de Habib Bourguiba y de la llegada al poder del presidente Ben Alí) y los grandes éxitos conseguidos en todos los sectores de la economía, inspiran a cualquier tunecino a manifestar su pleno agradecimiento a quien ha hecho posible todo ello: el presidente Zine El Abidine Ben Alí. Y a desear que esa prodigiosa dinámica de voluntad, iniciativa y trabajo, continúe y aumente en el camino de la mayor prosperidad".
Tampoco el semanario Réalités quiso ocultar sus preferencias, al dar cuenta de un mitin político celebrado el 10 de octubre, en el parque de exposiciones de Kram, en Túnez:
"Horas antes de la llegada del jefe del Estado la multitud ya estaba entusiasmada, gritando eslóganes y frases que expresaban su compromiso y su sentimiento de lealtad al Presidente. Ese día, el parque de las exposiciones se adornó con sus mejores galas, con banderolas, banderas, carteles con los colores de Túnez y de la RDC (ndlr: Agrupación Constitucional Democrática, partido del presidente Ben Alí). Un decorado extraordinario y una organización, extraordinariamente controlada, que demostraban incontestablemente el arte y la profesionalidad del RCD (S).
Y luego llegó el Jefe del Estado. Se multiplicaron los yuyús y los gritos de alegría. La multitud entusiasmada se encontraba frente a su Presidente, que recorrió varias veces el estrado de punta a punta para saludar a su pueblo, llegado de buena mañana a apoyarle y comprometerse con él".