En vísperas de las elecciones legislativas, Reporteros sin Fronteras apela al Parlamento

En vísperas de las elecciones legislativas en Irán, que deben elegir el octavo Parlamento, Reporteros sin Fronteras pide a los futuros diputados que hagan que se respeten los tratados internacionales ratificados por el país, y entre ellos el Pacto Internacional de derechos civiles y políticos, aprobado en 1975. En Irán se burla sin cesar la libertad de prensa: actualmente hay ocho periodistas encarcelados, convirtiendo al país en la mayor cárcel de Oriente Medio para los profesionales de los medios de comunicación. “En el transcurso de los cuatro últimos años, más de un centenar de periodistas han sido citados, detenidos, interrogados o condenados a penas que van desde los tres meses de cárcel hasta la pena capital. El futuro Parlamento debe emprender una reforma profunda del código de publicaciones, para aprobar la despenalización de los delitos de prensa y garantizar a los periodistas una mayor libertad de expresión. El texto actual, en vigor desde 2000, es particularmente liberticida y permite que las autoridades puedan censurar fácilmente los medios considerados molestos”, ha declarado la organización. Desde la elección, en agosto de 2005, del presidente ultraconservador Mahmud Ahmadinejad, se ha intensificado la represión a los periodistas. Ningún diario independiente ha sobrevivido al acoso político-judicial. Las pocas publicaciones independientes del poder han sufrido numerosas presiones, hasta desaparecer completamente del paisaje mediático. El último en el tiempo, el mensual femenino Zanan, fue suspendido el 28 de enero de 2008 por la Comisión de Autorización y Vigilancia de la Prensa, dependiente del Ministerio del Guía y la Orientación islámica, tras ser acusado de “ofrecer una imagen sombría de la República Islámica” y “comprometer la salud mental de sus lectoras”. Existen muchos organismos estatales encargados de vigilar y enmarcar el trabajo de los medios de comunicación. Junto a la Comisión de Autorización y Vigilancia de la Prensa, que se encarga de las licencias, el Alto Consejo de Seguridad Nacional censura diariamente a los periodistas, prohibiéndoles tratar determinados temas: las cuestiones que se refieren a la energía nuclear, los movimientos de mujeres, etc. Las últimas directivas enviadas a los medios, antes del comienzo de la campaña electoral, les invitaban a hablar de “la gran victoria nuclear del pueblo iraní”, y les prohibían mencionar “las llamadas al boicot electoral, efectuadas por algunas corrientes políticas”. También las autoridades judiciales intervienen en el trabajo de los medios. Said Mortazavi, fiscal de Teherán, no duda en llamar por teléfono a los directores de los periódicos, para exigirles silencio sobre algunos temas y dictarles el de portada. Incluso se utilizan los medios de comunicación gubernamentales para atacar a los periodistas, y a los pocos políticos reformistas que se atreven a conceder entrevistas a los medios con sede en el extranjero. Las autoridades siguen prohibiendo el uso de antenas parabólicas, utilizadas para captar los medios que emiten en farsi desde el extranjero. En los dos últimos meses, las fuerzas del orden han puesto en marcha una operación para identificar las casas equipadas con parabólicas. Finalmente, aunque varios enviados especiales extranjeros han conseguido visados para cubrir la campaña electoral, a los profesores universitarios, intelectuales y periodistas iraníes se les ha advertido que no hablen con ellos. El pasado 13 de febrero Reporteros sin Fronteras publicó su informe anual 2008 de la libertad de prensa en el mundo. Consultar el capítulo referido a Irán. Irán figura también en la lista de los “Enemigos de Internet”, establecida por la organización el 12 de marzo.
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Updated on 20.01.2016