Reporteros sin Fronteras manifiesta el inmenso alivio que siente por la liberación de Sami Al-Haj, que tuvo lugar el 1 de mayo de 2008. El camarógrafo de Al-Jazira estaba detenido, desde junio de 2002, en la base norteamericana de Guantánamo. “Sami Al-Haj no tendría que haber estado tanto tiempo detenido. Las autoridades norteamericanas no han probado nunca que hubiera llevado a cabo ninguna actividad criminal. Una vez más, este caso es un ejemplo de la injusticia que reina en Guantánamo. Hay que cerrar la base lo antes posible”, ha declarado Reporteros sin Fronteras.
Reporteros Sin Fronteras se siente inmensamente aliviada por la puesta en libertad de Sami Al-Haj, que tuvo lugar el 1 de mayo de 2008. El camarógrafo de Al-Jazira, que estaba detenido desde junio de 2002 en la base norteamericana de Guantánamo, llegó al día siguiente a Jartum, donde le recibió su familia.
“Nuestro primer pensamiento es para la familia de Sami Al-Haj, a la que conocimos en Jartum, Sudán, y que llevaba más de seis años esperando el retorno del camarógrafo. Queremos enviar nuestro agradecimiento a todos cuantos se han movilizado por su liberación, y especialmente dentro de las instancias europeas”, ha declarado Robert Ménard, secretario general de Reporteros sin Fronteras.
“Sami Al-Haj no tenía que haber permanecido tanto tiempo detenido. Las autoridades norteamericanas no han probado nunca que hubiera llevado a cabo ninguna actividad criminal. Una vez más, este caso es un ejemplo de la injusticia que reina en Guantánamo. Hay que cerrar la base lo antes posible”, ha añadido Reporteros sin Fronteras.
A comienzos del año 2008, una delegación de Reporteros sin Fronteras acudió a Guantánamo. A los miembros de la organización no les autorizaron entrevistarse con Sami Al-Haj, pero pudieron hablar de su caso con el comandante de la Joint Task Force de Guantánamo, el contralmirante Mark H. Buzby.
Reporteros sin Fronteras se movilizó, junto a Al-Jazira, para conseguir la libertad de su camarógrafo. Entre otras cosas, en la primavera de 2007 la organización se entrevistó con su familia en Sudán. También llevó a cabo multitud de actuaciones de protesta, en París y en otros lugares, en colaboración con el canal qatarí y el comité de apoyo al periodista.
Detenido en diciembre de 2001 por las fuerzas de seguridad paquistaníes, en la frontera entre Afganistán y Pakistán, Sami Al Haj fue entregado meses más tarde al ejército norteamericano y trasladado, el 13 de junio de 2002, a la base de Guantánamo. El ejército norteamericano le acusaba de haber efectuado una entrevista clandestina de Osama Ben Laden, haberse dedicado al tráfico de armas por cuenta de Al-Qaeda y haber participado en un sitio de Internet islamista. En ningún momento se ha encontrado ninguna prueba en que apoyar las acusaciones, ni se ha imputado ningún cargo al periodista.
Torturado frecuentemente, sometido por sus carceleros a más de 200 interrogatorios, el 7 de enero de 2007 Sami Al-Haj inició una huelga de hambre, para protestar por sus condiciones de detención y reclamar que se respetaran sus derechos. En represalia, le alimentaron varias veces a la fuerza. Según su abogado, Clive Stafford-Smith, que le visitó en julio pasado, había perdido dieciocho kilos y padecía graves problemas intestinales. También sufrió un ataque de paranoia y cada vez tenía más dificultad para comunicarse normalmente.
Dos de los nueve presos sudaneses de Guantánamo salieron en libertad en el mes de diciembre de 2007. Según un memorando, entregado por la administración norteamericana al gobierno sudanés, las contrapartidas exigidas para poner en libertad a Sami Al-Haj serían la prohibición de que reanude sus actividades periodísticas y la de salir de territorio sudanés.