Reporteros sin Fronteras está indignada por la condena, sin motivo oficial, a un año de cárcel con suspensión de condena, de Emadoldin Baghi. En cualquier momento durante cinco años, esa condena puede conmutarse por la de prisión incondicional. Sin duda, esa espada de Damocles tiene como objetivo silenciar al periodista, que normalmente firma en los diarios reformadores Shargh y Yas-e-no artículos sobre los atentados a la libertad de expresión en Irán.
Reporteros sin Fronteras está indignada por la condena, sin motivo oficial, a un año de cárcel con suspensión de condena, de Emadoldin Baghi, periodista del diario Neshat (cerrado). Por otra parte, la organización pide a la justicia iraní garantías sobre la salud de Iradj Jamshidi, redactor jefe del diario económico Asia, desaparecido en los calabozos iraníes desde su detención, el pasado 6 de julio.
La 6ª sala del tribunal revolucionario Teherán ha condenado a Emadoldin Baghi a un año de cárcel, con suspensión de condena. El juicio se celebró el 9 de noviembre, pero la sentencia no se ha conocido hasta el 4 de diciembre. En cualquier momento durante cinco años, esa condena puede conmutarse por la de prisión incondicional. Sin duda, esa espada de Damocles tiene como objetivo silenciar al periodista, que normalmente firma en los diarios reformadores Shargh y Yas-e-no artículos sobre los atentados a la libertad de expresión en Irán.
"No pude defenderme en esta mascarada de juicio, que solo duró unos minutos y en el que apenas pude hablar. ¿Qué proceso es éste en el que no hay ni abogado ni juez, en el que el juez es al mismo tiempo el fiscal, y en el que el acusado ni siquiera ha sido informado de los cargos que existen contra él?", ha declarado Emadoldin Baghi a Reporteros sin Fronteras. En su libro "La tragedia de la democracia en Irán", el periodista implicaba a las autoridades iraníes en los asesinatos en serie de intelectuales y periodistas, en 1998. Sus artículos, publicados en la prensa reformista, ya le valieron algunas condenas. Tras la última en el tiempo, el 23 de octubre de 2000, cumplió una condena de tres años de cárcel incondicional por "atentado a la seguridad nacional" y "propagación de noticias falsas". Liberado el 6 de febrero de 2003, después no cesó de verse acosado por las autoridades judiciales, citado frecuentemente ante el tribunal y con la prohibición de salir del territorio. Las presiones aumentaron después de que en noviembre visitara Teherán Ambeyi Ligabo, Relator Especial de la Comisión de Derechos Humanos encargado de la libertad de opinión y expresión de Naciones Unidas.
Reporteros sin Fronteras está muy preocupada por la suerte de los 11 periodistas que continúan encarcelados en Irán. Narges Mohammadi, esposa de Taghi Rahmani, periodista de Omid-é-Zangan, encarcelado desde el 14 de junio de 2003 junto a Reza Alijani, redactor jefe de Iran-é-farda y galardonado con el Premio Reporteros sin Fronteras - Fundación de Francia, y Hoda Saber, director de Iran-é-Farda, ha declarado a la organización: "La última visita a los tres periodistas de sus familias se remonta al 30 de octubre. Hace 32 días que no tienen noticias suyas ni los abogados ni las familias. No siempre conocemos los delitos que se les imputan. No se les ha juzgado y recordamos que hace seis meses que están en detención provisional".
Por otra parte, la organización sigue sin noticias del periodista Iradj Jmashidi, redactor jefe del diario económico Asia, desaparecido en la cárcel iraní de Evian desde su detención, el 6 de julio de 2003.