Massud Bastani, liberado el 6 de agosto de 2005 tras permanecer dos semanas encerrado en la cárcel de Evine, por cubrir una manifestación en favor de la liberación de su colega Akbar Ganji, una semana después de salir en libertad recibió la orden de presentarse de nuevo en la cárcel de Arak (en el centro de Irán), donde están internados los presos comunes.
Massud Bastani, liberado el 6 de agosto de 2005 tras permanecer dos semanas encerrado en la cárcel de Evine, por cubrir una manifestación en favor de la liberación de su colega Akbar Ganji, una semana después de salir en libertad recibió la orden de presentarse de nuevo en la cárcel de Arak (en el centro de Irán), donde están internados los presos comunes.
“Resulta sorprendente que un preso de conciencia tenga que compartir la celda con presos comunes, algunos de los cuales podrían estar enfermos o ser peligrosos. Pedimos a las autoridades que pongan en libertad a Massud Bastani en el plazo más breve posible. Es inadmisible que se condene a un periodista por haber manifestado su solidaridad con su colega Akbar Ganji, mientras éste se encontraba en huelga de hambre. Pedimos al fiscal de Arak que deje de acosar al periodista”, ha declarado la organización.
Massud Bastani, redactor jefe del diario Nedai Eslahat (suspendido en 2003) y colaborador de varios periódicos reformistas, entre ellos Etemad, Toseeh y Joumhoryat, fue condenado una primera vez en 2003 a seis meses de cárcel, 70 bastonazos y cinco años de prohibición de actividad periodística. Publicó muchas informaciones sobre la situación de su colega Akbar Ganji, durante la huelga de hambre en el verano de 2005. “No contentas con dejar morir a Akbar Ganji, las autoridades detienen y acosan a quienes tienen el valor de defenderle”, manifestó a Reporteros sin Fronteras en un correo fechado el 27 de junio.
Por otra parte, la esposa de Akbar Ganji, Massumeh Shafii, contactada por teléfono por Reporteros sin Fronteras, ha declarado que ha aprovechado la visita del presidente iraní a la Cumbre de Naciones Unidas, en Nueva York, para enviar una carta a Kofi Annan agradeciéndole la petición de libertad para su marido. Sin embargo, le informó de que el periodista fue reenviado a la cárcel el tres de septiembre, y que sigue teniendo prohibido visitarle.