Los semanarios arabófonos Al Hayat Al Maghribia y Acharq han sido suspendidos durante tres meses, presumiblemente en aplicación de una decisión judicial que data de hace más de un año y que, además, fue anulada por un indulto real. Reporteros sin Fronteras condena con firmeza la suspensión y pide a las autoridades que aclaren las causas de esa repentina decisión, o que autoricen la reaparición inmediata de los dos periódicos independientes.
Los dos semanarios arabófonos independientes Al Hayat al Maghribia (La vida marroquí, en árabe) y Acharq (El Este) han sido suspendidos durante tres meses, presumiblemente en aplicación de una decisión judicial que data de hace más de un año y que, además, fue anulada por un indulto real.
Reporteros sin Fronteras condena con firmeza la suspensión de los dos semanarios, y el cierre de sus locales. "En agosto de 2003, el Tribunal de Apelación de Rabat condenó a estos dos periódicos a tres meses de suspensión por publicar, en primera página, el texto de una organización que reivindicó tres de los cinco atentados de Casablanca; pero posteriormente un indulto real anuló la sentencia. Por tanto, no hay por qué seguir molestando con este asunto, a ambas redacciones. Pedimos a las autoridades que aclaren los motivos de esa repentina suspensión, o que autoricen la reaparición inmediata de los dos semanarios independientes", ha declarado la organización.
El 18 de enero de 2005, Mustafá Kechnanni, director de Al Hayat Al Maghribia, y Mohammad Lhourd, director de Acharq, fueron citados en las oficinas de Jalid Hamuda, responsable regional de inteligencia general en Oujda (al noreste de Marruecos). A los dos periodistas se les informó de que una decisión procedente del Ministerio de Justicia ordenaba el cierre inmediato de sus periódicos. Las autoridades no han dejado ninguna posibilidad de que los dos responsables de las publicaciones efectuaran recurso alguno aunque, según la ley, si se hubiera presentado una nueva denuncia todavía podrían llevar el caso ante el Tribunal Supremo.
A Mustafá Kechnanni y Mohammad Lhourd les negaron la comunicación del aviso ministerial que explicaba la decisión. Las convocatorias y avisos de suspensión se les transmitieron de forma oral. Para protestar por la decisión, ambos directores se negaron a firmar el proceso verbal. Las autoridades ordenaron inmediatamente el embargo de los periódicos en los puntos de venta de todo el Reino, y a la vez conminaron la sociedad difusora SAPRESS a no difundir los periódicos en cuestión, y a las imprentas a no imprimirlos.