Ahmed Reda Benchemsi y Karim Boukhari, respectivamente director y jefe de actualidad del semanario independiente "TelQuel", fueron condenados el 15 de agosto en primera instancia, en Casablanca, a dos meses de cárcel con el cumplimiento de la pena en suspenso, 2.500 dirhams (255 euros) de multa y un millón de dirhams (90.000 euros) de compensación, por "difamación" de una diputada. Reporteros sin Fronteras denuncia un proceso no equitativo y una "sentencia desproporcionada".
Ahmed Reda Benchemsi y Karim Boukhari, respectivamente director y jefe de actualidad del semanario independiente "TelQuel", fueron condenados el 15 de agosto en primera instancia, en Casablanca, a dos meses de cárcel con el cumplimiento de la pena en suspenso, 2.500 dirhams (255 euros) de multa y un millón de dirhams (90.000 euros) de compensación, por "difamación" de una diputada. Reporteros sin Fronteras denuncia un proceso no equitativo y una "sentencia desproporcionada".
"Estamos indignados ante la gravedad de la condena impuesta a los dos periodistas. Los medios de comunicación marroquíes denunciados por difamación no deberían temer incurrir en condenas de cárcel. Esa espada de Damocles, suspendida sobre la cabeza de los periodistas, está en contra de las normas internacionales sobre la libertad de prensa. Además, no se han respetado los derechos de la defensa en el proceso", ha declarado la organización.
Contactado por Reporteros sin Fronteras, el abogado de la defensa, letrado Karam, ha asegurado que no pudo argumentar en la audiencia y ha denunciado la parcialidad de la sentencia. Por otra parte ha declarado que "resulta extraño que la condena se produzca en agosto, cuando se trata de un mes de descanso judicial en Marruecos y los tribunales solo se pronuncian sobre casos urgentes", declaró.
En una esquela satírica titulada "Secreto de una morena", Karin Boukhari trazó, en el número 184 de "TelQuel", la evolución de la carrera de una diputada "natural del Medio Atlas", designándola con el pseudónimo de "Asmaa", "para evitar que recurriera a la difamación". El periodista contaba como la mujer, de la que dice que es una "ex cheïkha" (bailarina popular), se había convertido en parlamentaria. A pesar del pseudónimo, la diputada Hlima Assali se reconoció y recurrió a la justicia.
Contactado por teléfono por Reporteros sin Fronteras, Boukhari ha subrayado que su esquela era "humorística" y que no había nombrado a la diputada que se querelló.