Brasil. Los ataques al periodismo se propagan por las redes: RSF e ITS registran, en apenas tres meses, medio millón de tweets con hashtags ofensivos para la prensa

En un nuevo estudio realizado entre los meses de marzo y junio de este año, Reporteros sin Fronteras (RSF) y el Instituto de Tecnología y Sociedad de Río de Janeiro (ITS-Rio) recopilaron medio millón de tweets que contenían hashtags con ataques a la prensa. De la cifra total de tweets, aproximadamente el 20% fue publicado por cuentas cuya actividad tenía una alta probabilidad de estar automatizada. El estudio también señala a una mayor participación vinculada con grupos de usuarios que apoyan al gobierno federal en las redes. Los principales objetivos de los ataques son los grupos de medios de comunicación, a los que los partidarios del gobierno consideran críticos, y las mujeres periodistas.

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Las redes sociales se han convertido en un territorio hostil para la prensa. A diario hay informaciones sobre agresiones —que consisten, principalmente, en ataques a la moralidad, insultos e injurias—, y que tienen como objetivo desestabilizar y desacreditar a periodistas y medios de comunicación. En los casos más graves, que no son raros en absoluto, se acompañan de amenazas directas, piratería de cuentas y exposición pública de datos personales. Las campañas masivas de difamación han convertido las redes sociales en campos minados para algunos periodistas y representan una amenaza para la libertad de expresión.


Reporteros sin Fronteras (RSF) y el Instituto de Tecnología y Sociedad (ITS) realizaron una investigación para conocer el alcance de estos ataques en Twitter, una red que cuenta con XX millones de usuarios activos en Brasil y con gran presencia de profesionales de la prensa. Durante tres meses —entre el 14 de marzo y el 13 de junio de 2021—, se recopilaron datos de tweets que mencionaban un conjunto de cinco hashtags: #imprensalixo (#prensabasura, N.d.l.T), #extreamaimprensa (#extremaprensa, N.d.l.T), #globolixo (#globobasura, en referencia al grupo Globo, N.d.l.T), #cnnlixo (#cnnbasura, N.d.l.T) y #estadaofake (#estaadofalso, contra el periódico O Estado de S.Paulo, N.d.l.T). Durante dicho periodo, hubo 498.693 registros que mencionaban al menos uno de los hashtags monitoreados y que incluyen tanto tweets originales como retweets (RT) publicados por un total de 94.195 usuarios.

498.693
Tweets que mencionaban al menos uno de los hashtags monitoreados


Más de la mitad de los tweets (el 51%) se concentraron en 13 días pico, lo que representa el 14% del total en el período de tres meses. Aunque la mayoría de los tweets analizados están asociados a los picos, no ha habido un solo día en el que los registros de ataques a la prensa hayan bajado del millar.


El día con mayor número de publicaciones fue el 10 de mayo, con 36.791 registros. Sucedió después de que el diario O Estado de S.Paulo publicase un artículo sobre un esquema presupuestario paralelo, utilizado con el fin de liberar fondos para enmiendas parlamentarias. Al analizar los períodos de mayor participación con los hashtags monitoreados, se hace evidente un amplio movimiento de reacción a la información revelada por la prensa, que ofrece una imagen negativa del gobierno.


Los picos de participación con los hashtags monitoreados también coinciden, en la mayoría de los casos, con un fuerte movimiento de ataques dirigidos contra periodistas. Para complementar el análisis, además de los datos recopilados sobre hashtags de ataques a la prensa, RSF e ITS investigaron episodios de acoso en las redes contra los perfiles de algunos periodistas, como Maju Coutinho (Globo), Daniela Lima y Pedro Duran (CNN Brasil), Mariliz Pereira (Folha de S. Paulo) y Rodrigo Menegat (DW News). Los datos de estos ataques se recopilaron en el momento en que ocurrían y los análisis se realizaron de forma separada del de los hashtags.


Entre el 14 y el 19 de marzo, la periodista Mariliz Pereira, por ejemplo, fue víctima de una ola de ataques en las redes tras la publicación de un artículo crítico con el presidente Jair Bolsonaro en el diario Folha de S.Paulo. En el mismo período le llegó también el turno a la periodista y presentadora Maju Coutinho, que fue ampliamente atacada por un comentario a propósito de las medidas de confinamiento en el contexto de la pandemia. Lo mismo ocurrió, el 6 y 27 de mayo, con la periodista Daniela Lima, blanco de ataques por comentarios relacionados, respectivamente, con el operativo policial en la favela Jacarezinho y el desempleo en el país. El reportero Pedro Duran sufrió ataques en las redes después de que fuera expulsado de una manifestación en apoyo al presidente Jair Bolsonaro, el 22 de mayo. A Rodrigo Menegat lo atacaron de forma masiva a finales de mayo después de que fuese acusado sin fundamento de piratear una aplicación del gobierno federal que debía orientar a las personas infectadas por la Covid-19.


Si consideramos solo a estos cinco periodistas y el rango de días pico en los que ocurrieron los respectivos ataques, se emitieron en total más de 84.000 tweets con ataques dirigidos a ellos (sin contar los retweets).


Cada uno de los episodios antes mencionados está asociado a picos en el estudio general sobre el uso de hashtags monitoreados, lo que indica que un movimiento de ataques a un periodista actúa como detonante para que se produzca una ola de ataques a la prensa en su conjunto. Cabe mencionar que la cifra total de tweets que mencionan a mujeres periodistas fue 13 veces mayor que la de mensajes que se referían a sus colegas hombres.


En el 10% de los tweets se utilizaron términos despectivos, peyorativos y palabrotas como revoltosa/o, zorra/o, puta/o, burra/o, ridícula/o, idiota, reventada/o e imbécil. La incidencia de estos términos fue un 50% mayor cuando se dirigieron contra mujeres periodistas que cuando iban contra sus colegas varones.


Los periodistas entrevistados por RSF destacaron, precisamente, el grado de violencia de los ataques. “No se está cuestionando la calidad de mi trabajo, no es una crítica hecha con la intención de que mejore. Simplemente, es un movimiento para intimidar, amenazar, coaccionar. Se puede cuestionar la forma, se pueden cuestionar otra serie de cosas, pero esto no tiene nada que ver con lo que decimos, tiene que ver con lo que hacemos, en esencia”, señaló la presentadora de CNN Brasil Daniela Lima.


Comportamiento automatizado y posicionamiento ideológico


PegaBot, una herramienta desarrollada por ITS-Rio, detectó que el 3,9% de los 94.195 usuarios que interactuaron con los hashtags monitoreados durante los tres meses de la encuesta presentaban una alta probabilidad de comportamiento automatizado. Teniendo en cuenta solo los 13 días de máxima actividad con los hashtags, estas cuentas representaron el 20% de los tweets publicados.

20%
Del total de tweets fue publicado por cuentas que presentaban una alta probabilidad de comportamiento automatizado


Mediante consultas a las API de Twitter, PegaBot analiza los datos públicos disponibles de los perfiles de manera individual para cada cuenta. Estos datos incluyen, por ejemplo, el nombre del perfil, la descripción, la cifra de seguidores y de cuentas a las que se sigue o la cantidad de publicaciones, además de una muestra de tweets del flujo de mensajes para identificar hashtags y menciones. Basándose en esta información, Pegabot establece un conjunto de cuatro criterios —temporal, usuario, red y sentimiento—, que, juntos, indican la probabilidad de que la actividad de una cuenta obedezca a un comportamiento automatizado.


En el estudio realizado, el uso de cuentas automatizadas indica la existencia de movilizaciones orquestadas con el objetivo de amplificar artificialmente los ataques a la prensa en Twitter. El uso de bots multiplica el alcance de determinados temas en las redes. Al estimular de manera artificial el efecto rebaño, esto crea la falsa percepción de que ciertas posiciones cuentan con más apoyos de los que tienen en realidad. La identificación de cuentas automatizadas también sugiere que hay ciertos actores con intereses políticos, recursos financieros y capacidad técnica movilizados para fomentar un ambiente de descrédito generalizado contra la prensa en las redes sociales.


Los datos sobre este movimiento de ataques contra la prensa refuerzan las impresiones extraídas de las propias experiencias por los periodistas víctimas de agresión a los que ha entrevistado RSF. “Una cosa que yo he notado es que estos ataques están cada vez más organizados; antes parecía algo espontáneo, pero ahora percibo un movimiento articulado  que adquiere una proporción muy grande”, explicó la columnista de Folha de São Paulo Mariliz Pereira Jorge.


Además del análisis de comportamiento automatizado, Pegabot proporciona una lista de los últimos hashtags utilizados por cada usuario. A partir de esta información es posible entender aún mejor el posicionamiento ideológico de los usuarios que forman parte del estudio realizado. Al contabilizar los 150 hashtags que han compartido con mayor frecuencia los usuarios que interactuaron con los cinco hashtags contra la prensa monitoreados en la investigación, los temas más recurrentes apuntan hacia un fuerte movimiento de apoyo al gobierno federal e incluyen asuntos como la defensa del voto impreso, así como críticas a la Corte Suprema y a la comisión de investigación darlamentaria sobre la Pandemia.


Al analizar los diez perfiles que más mensajes publicaron dentro de la muestra del estudio, también se hace evidente la fuerte conexión de los usuarios que difundieron hashtags ofensivos a la prensa con las pautas del gobierno de Jair Bolsonaro.


Los diez publican y difunden contenido en apoyo del gobierno, al mismo tiempo que se concentran en atacar a personas, grupos e instituciones identificadas como enemigas de los planes del presidente. Un único perfil llegó a emitir 5.225 tweets que mencionaban los hashtags monitoreados a lo largo de los tres meses.


La red de interacciones entre los 94.195 usuarios que movieron los hashtags estudiados fue objeto de un análisis más detallado. Algunos perfiles destacan por la posición central que ocupan, considerando criterios como el número de conexiones que apuntan hacia el usuario (grado de entrada), el número de conexiones que salen del usuario y apuntan a otros (grado de salida) y la importancia del usuario por el número de ocasiones en que actúa como 'puente' en la conexión entre otros usuarios en una red (intermediación).


Los perfiles identificados como más relevantes según la centralidad del grado de entrada incluyen a aquellos que recibieron más menciones, mientras que los resultados para el grado de salida indican los usuarios que fueron más retuiteados por otros. ITS-Rio ya había estudiado con anterioridad las interacciones de usuarios en Twitter en relación con temas de la agenda política brasileña aparte de la prensa. Según dichos análisis, la mayoría de los perfiles centrales por métricas de intermediación, así como por el grado de salida, eran perfiles que ya han se habían destacado como centrales en otras investigaciones relacionadas con el apoyo al gobierno.


En esta lista, llaman la atención las cuentas oficiales del propio presidente Jair Bolsonaro, del diputado federal Eduardo Bolsonaro (PSL-SP), de la diputada federal Carla Zambelli (PSL-SP) y del diputado estatal de Minas Gerais Bruno Engler (PRTB).


Los ataques del gobierno contra la prensa alienta campañas de odio contra el periodismo en las redes


En 2020, RSF monitoreó el discurso de la familia Bolsonaro (Jair, Flávio, Eduardo y Carlos), de los ministros, del vicepresidente Hamilton Mourão y de la propia Secretaría Especial de Comunicación Social de la Presidencia. El resultado registró nada menos que 580 ataques contra la prensa, de los que el 85% fueron proferidos por el presidente y sus tres hijos en cargos electos. Solo en el primer semestre de 2021, RSF documentó 331 ataques, utilizando la misma metodología, que consideraba sobre todo agresiones morales como amenazas, insultos o la exposición de periodistas y medios de manera vejatoria en declaraciones públicas, entrevistas y publicaciones en redes sociales.

580
Ataques contra la prensa en 2020 por parte de altas autoridades del gobierno federal


Cuando el presidente de la República y otras autoridades de alto rango del gobierno pintan a diario a la prensa como un enemigo al que hay que combatir, están promoviedo un ambiente hostil hacia todos los periodistas e intoxicando el debate público. El estudio sobre la extensión de los ataques en Twitter, que analiza un conjunto de hashtags ofensivos para el periodismo, refleja en gran medida las consecuencias de la retórica en contra de la prensa adoptada por el gobierno desde que comenzó el mandato de Jair Bolsonaro, en enero de 2019. Es un discurso que autoriza y confirma una postura agresiva de los agentes públicos y de la sociedad en general en relación con el ejercicio del periodismo, que encuentra una caja de resonancia en las redes sociales.


El Estado tiene la obligación de prevenir episodios de violencia contra la prensa, lo que incluye adoptar un discurso público que no aumente la vulnerabilidad de los periodistas ante los riesgos que enfrentan. El gobierno brasileño actúa de manera diametralmente opuesta, contribuyendo de forma activa a consolidar un entorno hostil para el ejercicio del periodismo.


Brasil ocupa el puesto 111 en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2021 elaborada por Reporteros sin Fronteras y se ha situado, por primera vez, en la zona roja del ránking. El 2 de julio de 2021, RSF incluyó al presidente Bolsonaro en su lista global de depredadores de la libertad de prensa.

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Updated on 16.09.2021