Reporteros sin Fronteras manifiesta su tristeza e indignación por el asesinato de Germán Antonio Rivas, director de un canal de televisión local. "Le pedimos que haga todo lo necesario para que se identifique y castigue a los asesinos", declaró la organización en una carta dirigida al presidente de la República.
Reporteros sin Fronteras manifiesta su tristeza e indignación por el asesinato, en la noche del 26 de noviembre, de Germán Antonio Rivas, director de un canal de televisión local en el oeste del país.
"Es la primera vez que asesinan a un periodista en Honduras, al menos desde hace veinte años. Le pedimos que haga todo lo necesario para que se identifique y castigue a los asesinos. En particular, se debe proteger a los eventuales testigos, así como a la familia y a los colegas de la víctima", ha manifestado Robert Ménard, secretario general de Reporteros sin Fronteras, en una carta dirigida al Presidente de la República, Ricardo Maduro. Por otra parte, la organización está preocupada por la falta de resultados en la investigación que se abrió por un atentado, del que fue víctima Germán Antonio Rivas, en febrero de 2003.
El 26 de noviembre de 2003, Germán Antonio Rivas, director del canal de televisión Corporación Maya Visión, con sede en Santa Rosa del Copán (oeste del país, frontera con Guatemala), murió de un disparo que le efectuaron dos desconocidos, cuando acababa de llegar a su lugar de trabajo. Según la prensa local, fue abatido en el momento en que bajaba de su veículo, que acababa de aparcar delante de los locales del canal.
Preguntada por el diario El Tiempo, Xiomara Orellana, del Canal 34, declaró que "nadie vio nada, fue tan rápido. Le infirieron un disparo en la cabeza". Por su parte, René Rojas, corresponsal local de Radio América, emisora de Tegucigalpa, declaró a la asociación de defensa de la libertad de prensa hondureña C-Libre: "Creemos que hay testigos, pero también hay miedo. Los asesinos siempre dejan a alguien en el escena del crimen, y esa puede ser una de las causas para que, por ahora, nadie quiera hablar". Según C-Libre y la familia, los expertos forenses no llegaron hasta cuatro horas más tarde.
Claudia Rivas, hija del periodista, no ve más pistas que la de un acto relacionado con sus actividades profesionales. Todos recuerdan que el pasado 24 de febrero Germán Antonio Rivas escapó a un atentado, delante de su domicilio. Aquel día, el periodista llegaba a su casa después de grabar el infomartivo televisivo "CMV Noticias", cuando un individuo disparó en su dirección.
En aquel momento, el canal había denunciado el contrabando de café y ganado, en la frontera con Guatemala. También denunció el vertido de cianuro en el río Lara, por la empresa Minerales de Occidente, que fue condenada a una multa de un millón de lempiras (cerca de 140.000 euros) por ese asunto. Las semanas anteriores al atentado, Germán Antonio Rivas había recibido amenazas.
Según el Dr. Rolando Mia Cardona, delegado regional del Comisionado de Derechos Humanos, al periodista no se le había proporcionado ninguna protección personal a pesar de la intervención de su hermana, Rocío Tábora, viceministra de la Presidencia, ante el Ministerio de Gobernación. Germán Antonio Rivas tuvo que contratar un guarda privado. La propuesta de protección solo llegó tres meses después de los hechos y el periodista le rechazó, por falta de confianza en la policía. En la región, es sospechosa de complacencia o de pasividad frente al contrabando.
No se ha efectuado ninguna investigación seria sobre aquel atentado. El 13 de marzo, el periodista lo denunció en la oficina del Comisionado de Derechos Humanos. Los policías que inspeccionaron el lugar no encontraron nada mientras que, al día siguiente, un amigo de Germán Antonio Rivas encontró en una fosa un viejo rifle, que pudo ser el arma que utilizaron contra él. Según personas cercanas a la víctima, la policía manipuló el arma sin guantes. "Nueve meses más tarde, la expertización balística continúa en Tegucigalpa", ha contado por su parte Rolando Mia Cardona a Reporteros sin Fronteras. "De hecho, la investigación no ha sido objeto de ningún seguimiento", ha añadido.
Según la familia, desde el atentado del mes de febrero el periodista no había recibido nuevas amenazas, ni abordado temas delicados en sus programas. Por otra parte, un colega cuenta que, según algunos rumores, podría tratarse de un crimen pasional. Sin embargo, el periodista les da poco crédito.
Los casos de violencia contra la prensa son muy escasos en Honduras. El anterior atentado contra un periodista se remonta a tres años atrás. El 26 de abril de 2000 dos desconocidos dispararon sobre Julio César Pineda, de Radio Progreso, cuando se encontraba delante de su domicilio en El Progreso, una ciudad pequeña cerca de San Pedro Sula (centro). El periodista resultó gravemente herido. Su emisora había criticado el sistema de salud local y el aumento de tarifas de los transportes comunitarios. La agresión también puso estar relacionada con su participación en una comisión de investigación local, sobre las relaciones entre delincuentes y policías.