Camboya
Preocupado por la perspectiva de tener que ceder el poder, tras más de treinta años de gobierno, el primer ministro de Camboya, Hun Sen, emprendió una guerra despiadada contra la prensa cuando se acercaban las elecciones legislativas de julio de 2018. El periodismo independiente acabó devastado, con prohibiciones de radios y periódicos, y “purgas” en las redacciones. La población de Camboya ya sólo tiene acceso a la información que ofrecen los grandes grupos mediáticos –que tienen vínculos directos con Hun Sen– y la agencia de noticias en línea Fresh News, que difunde propaganda progubernamental. En este contexto, la creación de la Alianza de Periodistas de Camboya, o CamboJA, a fines de 2019, representó una burbuja de aire que permitió respirar a los reporteros del país, además de una leve concesión del gobierno. En 2020, las autoridades llegaron incluso a instrumentalizar la crisis de la Covid-19 para reforzar aún más la censura: bloqueos de medios digitales de información, detenciones de periodistas y proclamación de una ley sobre el estado de emergencia que otorga al ejecutivo poderes hasta ahora inigualables para censurar y vigilar tanto a la prensa tradicional como a la digital.