Brunei

La autocensura es la regla tanto para los periodistas de Radio Television Brunei (medio de comunicación del Estado), como para los que trabajan en los principales diarios que pertenecen a la familia del sultán. Las autoridades tienen carta blanca para interferir en la labor de los periodistas, aunque rara vez es necesario: el represivo marco legislativo –que se ha vuelto muy severo por la instauración de una versión muy estricta de la sharia–, basta para disuadir a la prensa de difundir información o comentarios que pudieran ser interpretados como una crítica al sultanato. La ley relativa a la sedición castiga con tres años de cárcel cualquier publicación que atente contra la “preeminencia de la filosofía nacional”. Los blogueros que intenten difundir información independiente pueden ser juzgados por difamación, aunque retiren sus textos de Internet. Por un comentario “mal intencionado” pueden ser condenados a cinco años de cárcel. El nuevo Código Penal, adoptado en 2019, contempla castigar con la pena de muerte cualquier publicación o discurso que se considere blasfemo o que promueve la apostasía.