Guinea Bissau

Desde el golpe de Estado militar registrado en 2012 y desde que José Mario Vaz, presidente hasta finales de febrero de 2020, destituyó al Primer Ministro, Domingos Simões Pereira, en 2015, Guinea-Bissau atraviesa un periodo de inestabilidad al que no pusieron fin las elecciones legislativas realizadas en marzo de 2019. Estos años de crisis política han contribuido en buena medida a la fuerte polarización de la prensa, así como a la precariedad de los medios de comunicación y de los periodistas, que los ha vuelto muy vulnerables a la influencia y las presiones de los políticos. Esta situación también favoreció la injerencia del Estado en los medios de comunicación públicos, cuyos directivos fueron remplazados. A principios de 2019 los periodistas de la Televisión de Guinea-Bissau (TGB) emprendieron una huelga por esta misma razón. A inicios de 2020 militares cercanos al nuevo presidente, Umaro Sissoco Embaló, ocuparon las oficinas de la radio y la televisión nacionales para denunciar que estos medios de comunicación “habían tomado partido” por su adversario en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, en diciembre de 2019. En general, los medios de comunicación y los periodistas siguen siendo muy vulnerables a las presiones políticas y económicas. En Guinea-Bissau no se respeta el derecho a una información libre y la autocensura sigue siendo una práctica frecuente cuando se trata de abordar temas como las debilidades del gobierno, el crimen organizado o la influencia de los militares en la sociedad. Algunos periodistas han optado por exiliarse frente a las intimidaciones y las amenazas que padecen.