Unos miembros de la embajada de Cuba en París golpearon violentamente a varios militantes de Reporteros sin Fronteras

Militantes de Reporteros sin Fronteras fueron violentamente golpeados por agentes de la seguridad de la embajada de Cuba en París mientras se encontraban esposados a las verjas de la embajada para protestar contra el encarcelamiento de 30 periodistas en Cuba. Personalidades del mundo de la Cultura acudieron a dar testimonio de su solidaridad con los periodistas encarcelados.

Este jueves 24 de abril, hacia las 10 horas, una quincena de militantes de Reporteros sin Fronteras, acompañados de diversas personalidades del mundo de la cultura, se presentaron ante la embajada de Cuba en París (16, rue de Presles, Distrito XV) para entregar una carta al embajador, exigiendo la liberación de los veintiséis periodistas recientemente detenidos y condenados a penas que llegan hasta los 27 años de cárcel. Por delante de Eritrea, Birmania y China, Cuba se ha convertido en la mayor cárcel del mundo para los periodistas. Ante la negativa del diplomático cubano a recibir la misiva de Reporteros sin Fronteras, los militantes de la organización cerraron la salida de la embajada con cadenas, antes de atarse con esposas a la verja de la embajada, en compañía de varias de las personalidades presentes. Entonces, algunos miembros de la embajada golpearon violentamente a varios militantes de la organización. Simbolizando a los periodistas encarcelados, esos militantes llevaban una camiseta con sus fotos y una máscara. Otros militantes portaban dos pancartas, en una de las cuales se podía leer "Cuba = Cárcel", y en la otra se reproducía una cita de Raúl Rivero, periodista y poeta condenado a principios de abril: "Yo no conspiro, escribo". Entre las personalidades que acudieron a dar testimonio de su solidaridad con los disidentes encarcelados, se encontraban los escritores cubanos Zoé Valdés y Eduardo Manet, el realizador y autor español Fernando Arrabal, el cineasta Romain Goupil y el intelectual francés Pascal Bruckner. En esta ocasión, la organización también ha hecho pública una carta dirigida el pasado 18 de abril a Dominique de Villepin, ministro francés de Asuntos Exteriores, en la que la organización reprochaba a Francia no aplicar, en sus relaciones con La Habana, "la posición común adoptada por la Unión Europea, que condiciona la profundización de sus relaciones con Cuba al respeto al multipartidismo y a las libertades fundamentales en el país". Reporteros sin Fronteras pedía al jefe de la diplomacia francesa que "multiplicara los contactos y los actos de apoyo, en favor de los disidentes y sus familias". (Leer la carta). Reporteros sin Fronteras ha pedido, en varias ocasiones, a la Unión Europea que congele el estudio de la demanda de adhesión cubana a los acuerdos de Cotonou *, presentada por ese país en enero pasado, mientras no queden en libertad los periodistas encarcelados. El 1 de abril, Reporteros sin Fronteras ya ocupó, durante algunas horas, la oficina cubana de turismo en París, para exigir la liberación de los periodistas encarcelados. Entonces, la organización transformó simbólicamente la oficina de turismo en una cárcel, y anunció que estaba "decidida a llevar a cabo nuevas acciones si a los periodistas se les condenaba en los procesos". Recordatorio de los hechos El pasado 18 de marzo, en vísperas de la ofensiva norteamericana en Irak, el gobierno cubano aprovechó la actualidad internacional para lanzar una oleada de represión sin precedente. Fueron detenidos cerca de ochenta disidentes, entre ellos veintiséis periodistas independientes. Acusados de haber actuado "contra la independencia y la integridad territorial del Estado", en colaboración con la Sección de Intereses Norteamericanos, la representación oficial de Estados Unidos en La Habana, esos disidentes han sido condenados a penas que van de 6 a 28 años de cárcel. Raúl Rivero, galardonado con el premio Reporteros sin Fronteras - Fundación de Francia 1997, y Ricardo González, corresponsal de la organización en La Habana, han sido condenados a veinte años de cárcel. El proceso fue estalinista: vista a puerta cerrada, justicia expeditiva, no respeto al derecho a la defensa, testimonios de agentes infiltrados, diligencias montadas desde hacía meses, declaraciones de vecinos, acusaciones que únicamente estaban basadas en delitos de opinión. Antes del 18 de marzo de 2003 ya había cuatro periodistas encarcelados en Cuba, desde hacía varios meses: Bernardo Arévalo Padrón, de la agencia Línea Sur Press, condenado en noviembre de 1997 a seis años de cárcel, por "desacato" al jefe del Estado y al vicepresidente; Carlos Brizuela Yera, colaborador de la agencia CPIC, y Lester Téllez Castro, director de la Agencia de Prensa Libre Avileña, detenidos el 4 de marzo de 2002 en Ciego de Avila (Centro), cuando protestaban contra la agresión policial a un periodista de la agencia Cuba Press; y Carlos Alberto Domínguez, detenido desde el 23 de febrero de 2002, sin que se haya formulado ningún cargo preciso contra él. En Cuba, la Constitución establece que, en ningún caso, la prensa puede ser de propiedad privada. Con la prohibición de publicar en su país, un centenar de periodistas independientes cuentan con las asociaciones de cubanos exiliados en Estados Unidos para difundir sus informaciones, frecuentemente en sitios de Internet. Víctimas de un acoso diario, desde 1995 han tenido que exiliarse cerca de sesenta periodistas. *Los acuerdos de Cotonou permiten, a 77 países de Africa, el Caribe y el Pacífico (Grupo ACP), disfrutar de una ayuda económica y de un régimen de preferencia comercial de la Unión Europea.
Publié le
Updated on 20.01.2016