En el transcurso de una campaña electoral cuya cobertura ha estado totalmente sesgada, los atentados a la libertad de prensa se fueron multiplicando hasta continuar el día de las votaciones, mientras que los periodistas siguen sintiéndose presionados tras el anuncio de la victoria, muy contestada, de Viktor Yanukovitch. "Violaciones como éstas no resultan compatibles con la celebración de elecciones libres y un debate democrático", ha lamentado Reporteros sin Fronteras.
Las violaciones de la libertad de prensa se han multiplicado en el transcurso de una campaña electoral cuya cobertura ha sido totalmente sesgada. Las trabas continuaron el día de las votaciones mientras que los periodistas, en particular en el sector audiovisual, continúan sintiéndose presionados tras el anuncio de la victoria, muy contestada, del candidato del poder, el actual Primer Ministro Viktor Yanukovitch.
"Censura, agresiones, presiones, despidos abusivos, bloqueos en la distribución o en el acceso a la información: se han utilizado todos los medios para impedir una cobertura satisfactoria de las elecciones presidenciales. Violaciones como éstas de la libertad de prensa no resultan compatibles con la celebración de elecciones libres, y un debate democrático", ha lamentado Reporteros sin Fronteras.
Un período pre-electoral bajo el signo de la censura
En vísperas de la primera vuelta de las presidenciales del 31 de octubre, varios cientos de periodistas firmaron una petición protestando por la censura y la cobertura sesgada de la campaña, a favor del candidato del poder, Víctor Yanukovitch. "El poder, sin tener en cuenta las normas del periodismo profesional, y presionados por él los propietarios de los canales de televisión, intentan silenciar algunos hechos importantes, o contarlos de forma sesgada", afirmaba el texto. La petición, lanzada el 28 de octubre por algunos periodistas que, entre otros, trabajan en los canales nacionales Novy Kanal, ICTV, Inter, TNT y 1+1, llamaba a los reporteros a "informar a la sociedad de todos los acontecimientos importantes, a presentar todos los puntos de vista importantes, a verificar y dar la fuente de las informaciones emitidas".
Incluso, el 29 de octubre dimitieron siete periodistas del canal privado de televisión 1+1, controlado por el jefe de la administración presidencial, Víctor Medvedtchuk. "Nos negamos a tomar parte en una guerra informativa que el poder ha declarado contra su propio pueblo", aseguraron. Los periodistas indicaron que dejaban el canal después de haber intentado en vano convencer a la dirección para que no censurara la información, y no tuviera en cuenta las "temnyks", instrucciones dirigidas por la administración presidencial a las redacciones, sobre la forma en que debían tratarse determinados asuntos.
Los medios de comunicación bajo presión, entre las dos vueltas
La presión continuó en aumento cuando se acercaba la segunda vuelta. Muchos periodistas denunciaron la utilización sistemática de "temnyks", por parte de las autoridades.
El 15 de noviembre, la noche del debate televisado que enfrentaba a los dos candidatos, una treintena de periodistas de los principales canales de televisión se manifestaron delante del inmueble en que están situados los locales del canal público UT-1, así como de los del canal privado 1+1, para denunciar los obstáculos gubernamentales al trabajo de los medios de comunicación. Algunos de ellos se ataron simbólicamente las manos con cadenas de papel, formadas por "temnyks".
El 9 de noviembre, Volodymyr Holosnyak, presentador del informativo televisado de UT-1, fue despedido tras negarse a leer un "temnyk" relativo al debate televisado, en el que iba a participar Víctor Yanukovitch. El periodista precisó que también tenía que leer un comunicado explicando las condiciones exigidas por Víctor Yuchtchenko, el candidato de la oposición, para participar en el debate.
Se han registrado varias agresiones contra partidarios de la oposición y periodistas. El 31 de octubre, la noche de la primera vuelta, unos desconocidos que se apoderaron de su cámara golpearon en un colegio electoral a Serghiy Skorobohatko, periodista del principal canal de televisión de la oposición, Kanal 5.
El 3 de noviembre, unos desconocidos agredieron y amenazaron a Enver Musayev, del semanario Holos Kryma, en Simféropol (capital regional de Crimea).
Alexandre Danutsa, director de información y presentador del informativo televisado del canal TV-Stymul, fue violentamente agredido el 18 de noviembre en Kirovograd (centro del país). Sus agresores le ordenaron que dejara de emitir informaciones sobre la campaña electoral. Estuvo hospitalizado con una conmoción cerebral y numerosos hematomas.
Finalmente, algunas empresas públicas no dudaron en impedir la difusión de periódicos independientes, o de la oposición. La edición del 17 de noviembre del diario de oposición Silski Visti, en la que aparecía una entrevista con Víctor Yuchtchenko, no se pudo enviar a los abonados. Estuvo bloqueada en el almacén de la empresa de difusión, "Pressa Ukrainy", filial del correo público.
Otro ejemplo. El 12 de noviembre, el correo público de Donetsk (Este) se negó a enviar el semanario independiente Svoboda a varios miles de abonados, en las regiones de Donetsk, Dnipropetrovsk, Zaporizhzhya, Luhansk, Kharkov y Crimea.
Las votaciones y la contestación marcadas por una serie de obstáculos
La segunda vuelta de las elecciones presidenciales, el 21 de noviembre, fue el marco de numerosos obstáculos en todo el país. Se censaron varias detenciones y agresiones, mientras que a muchos periodistas se les impidió el acceso a los colegios electorales.
Tatiana Ratushnyak, del semanario Trybuna, y Andrei Zelenko, del semanario Stary Zamok, fueron agredidos por una quincena de jóvenes, en la región de Mukachevo (Oeste). Los agresores golpearon a Andrei Zelenko en el pueblo de Klyachanovo, y se apoderaron de su cámara. En el colegio electoral nº 12 de esa circunscripción, las mismas personas arrebataron el carnet de prensa de las manos de Tatiana Ratushnyak, y la rompieron delante de numerosos testigos. En ambos casos, las fuerzas del orden no intervinieron. Los periodistas lo han denunciado.
Según Anatoliy Sokorynskiy, representante de Víctor Yuchtchenko en Dnepropetrovsk, Volodymyr Piddubny, periodista free-lance del diario Vechemi Visti, fue agredido en el pueblo de Dmytriyevka (región de Dnepropetrovsk, Este). Al periodista, que había acudido para grabar algunas irregularidades en el proceso electoral, le golpearon tres desconocidos que intentaron apoderarse de su cámara, sin conseguirlo gracias a la intervención de un policía.
Taisia Hladchenko, del semanario Tochka Zoru, fue golpeada y le rompieron la cámara fotográfica cuando sacaba fotos de un incidente ante el colegio electoral nº 67 de la circunscripción 42ª, en la región de Donetsk. Dmytro Vorobiov, del mismo periódico, también fue agredido en Romny (región de Sumi, Noreste).
Según la agencia de prensa Ukrainian News, también fueron detenidos nueve periodistas en Borysovka (región de Dnepropetrovsk), en el colegio electoral nº 72 de la 40ª circunscripción. Llegados sobre las 14 horas, no les dejaron entrar en el colegio electoral y después les llevaron al puesto de policía de Nikopolskiy, donde les quitaron las acreditaciones antes de dejarles libres.
En cuanto a la censura ha seguido campando por sus respetos, en particular en la televisión. Varios periodistas del canal público 1+1 se negaron a presentar el informativo, los días 21 y 22 de noviembre, como protesta por el empleo de "temnyks". El día de las elecciones, Oles Tereshchenko y Andrei Tychyna se negaron a presentar informaciones, por los mismos motivos. Alla Masur y Ludmilla Dobrovolska también se opusieron el 22 de noviembre.
Por solidaridad con sus colegas, se negaron a emitir sus programas los periodistas deportivos María Padalko y Serhiy Polkhovskiy.